En ocasiones sólo el cansancio
hace que me percate de él
pero junto a ella,
él hace que yo viva,
existe un gusto por el frio,
ese de manos electricas
que erizan al pelo y es nadamas por extrañar
a la cálida entrepierna,
o cuando la oreja se abriga
de la lengua y la espalda se quema.
A Icaro le falto una como ella
y todo eso es ella
yo nada más soy la cera.
Texto agregado el 22-08-2006, y leído por 130
visitantes. (2 votos)
Lectores Opinan
22-08-2006
buenisimo! 5* aruald
22-08-2006
Imaginacion que corre, imaginacion que vuela........ Aytana
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