...Y así me acuesto a diario
recordando a las olas,
recordando a tu cuerpo,
recordando que si me acuerdo.
Sentado en mi cama quitándome los zapatos;
estoy a punto de dejar de tocar la tierra,
me recuesto en esa tela aislante de mi cama
y sigo pensando.
Pienso que ya no pienso,
si no que sueño y sueño que ya no pienso,
si no que sueño.
Sueño al maguey rojo, y a tus senos blancos,
a tu cuerpo inerte y a un cuervo pardo.
Y que todo existe...
excepto el temor de que seas incierta.
Sueño temiendo que seas sueño,
por eso sueño a que te pienso
y pienso en volver a tocar la tierra...
Sólo entonces ya soñado te recuerdo
y ya parado te pienso.
Texto agregado el 22-08-2006, y leído por 133
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