Ya amanece. Es hora de que me vaya, aunque no quiero marcharme. Vamos, Raúl, es sólo una más, ni siquiera te giraste cuando te habló allá, en la disco, Lo sé, pero luego fue algo tan bonito, Basta, no trates de engañarte y sigue gozando de tu virtud, no tienes otra y no dispondrás de virtudes similares, Lo sé, pero fue tan bonito.

- ¿Ya estás despierto? –me preguntó entre suavidades ella-.
- Duerme, duerme –la besé en la boca-.

Claro, ahora la besas, ahora no. Ni tú te entiendes, Raúl, Ya, ya, pero fue todo tan bonito, Estúpido, tú haces que las cosas sean bonitas; es tu adiestramiento sexual lo que, ahora, recuerdas con ternura, Olvídate de mí, Olvidarse de ti, no es tan fácil.

- No quiero dormir. Ven, ¿te apetece? –dijo ella mientras corría la sábana hasta límites que quise sobrepasar-.

Y dejé que mi otro yo triunfase; y volvimos a hacerlo, aún mejor.
El amor se hace mejor si sólo follas, que no se te olvide, Lo sé, lo sé, y nada de preguntarles el nombre, Para qué, Pues eso.

- Me gustaría quedarme, para desayunar –pedí-. Si no te molesta, claro.

Maldito imbécil, Déjame.

- ¿Cómo me ibas a molestar? –sonrió, aún sonrojada por el esfuerzo previo-. Pero ahora dormimos, ¿no?

Sonreí con los ojos.

- Claro, aunque tal vez… -le jugueteé la piel con los dedos- ¿no?
- Tonto –me dijo ella, mientras me rodeaba tumbada en la cama-. Claro.

No te enamores, miéntele, dile que tienes novia y que fue bonito, Sí que lo fue, Que fue bonito pero que quieres a tu novia, que te sienta muy mal el alcohol, algo, Para qué, Para dejarla como una más, iluso, o quieres que ella también juegue con tu corazón y acabe diciéndote lo que te propongo, No, eso no, Bien, córrete, pon alguna excusa y vete a casa, Ah, de acuerdo… no. Insistes, Insisto, No lo hagas o te romperá el corazón y ya no te lo RECOMPONDRÉ de nuevo,…Entiendo.

- ¿Qué haces?
- Lo siento, me tengo que ir a casa.
- ¿Por?
- Es que… no te lo vas a creer, pero mi novia volverá a casa pronto y si no ve la ropa tendida y la ve en la lavadora desde anoche, se dará cuenta que salí y …

No sé mentir, dilo.

- …No sé mentir, me pillaría –le dije-.

Perfecto, ahora dale un beso y dile que la llamarás o verás, lo que sea antes.

- ¿Te llamo? –le di un beso-. Si quieres, claro.
- No, déjalo, nos veremos donde anoche, ¿no? –me dijo seria, arrepentida-.
- Claro.

Perfecto, Soy un cabrón, Qué prefieres, eso o un corazón roto, Pero ahora ella tiene el corazón roto, No te creas tan Casanova, Raúl, Lo siento, nos vamos, Claro.

- Bueno, adiós.
- Adiós.

Cerré la puerta sin apenas ruido.

Esa no era tu Maga, Oh, cállate.