AMANECER

Los primeros rayos del sol que entran por mi ventana me hacen abrir los ojos. Parece ser un buen día, cielo despejado, temperatura agradable y un viento fresco con olor a flores recién cortadas.

Me levanto lentamente y previo estiramiento me dirijo al baño para darme un regaderazo; me arreglo pronto para mi cita contigo, avanzo alegre hacia el prado donde acordamos reunirnos y justo ahí estas tu esperándome. –Hola, que guapa estas hoy. Tus mejillas sonrojadas hacen ver más atractiva tu figura. –¿Nos vamos?. Con una sonrisa atiendes y empezamos a caminar, rumbo al lago que se encuentra en la arboleda de robles.

Llegamos, el agua se ve deliciosa, me invitas a entrar con un movimiento de cejas y con una carrera para ver quien entra primero, nos desnudamos para entrar como peces que han sido retirados del agua. Nadamos, jugamos, y nos divertimos bastante durante cerca de una hora, hasta que a uno se le ocurre que si no salimos nos volveremos pescados.

Afuera del agua seguimos jugando, disfrutando el momento como si fuera él ultimo (o el primero tal vez) que tenemos para compartir. Las bromas están a la orden del día y las risas no se hacen esperar. De pronto nos quedamos mirando como hipnotizados y atraídos por una fuerza desconocida avanzamos el uno hacia el otro, hasta que nos fundimos en uno solo mediante un beso profundo, eso es solo el comienzo de lo que durará cerca de... minutos, en que no podemos pensar, solo actuamos por instinto atraídos por esa fuerza incontenible que nos llevó a formar un solo ser.

Te pregunto algo que no contestas inmediatamente, solo ríes, así que insistente vuelvo a preguntar. Sin quitar la sonrisa de tu rostro me miras y cuando te dispones a contestar colocas tus manos en mis ojos, como si ellos no tuvieran que ver lo que dirás a mis oídos...
... De pronto los rayos del sol que entran por mi ventana me hacen abrir los ojos.
EMPIEZA A AMANECER...