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V
-Ahora a amarnos y a no desperdiciar estos bellos momentos.
El tipo se abalanzó sobre la chica y antes de comenzar a manosearla y a besuquearla, la liberó de sus amarras. Luego fue un hartazgo de groseros besos y palabras soeces mientras la voz de Erica se desgarraba en ese silencio repleto de sombras. Antes que el hombre consumara su vil acción, ella alcanzó frenéticamente una figurilla de bronce que adornaba su velador y la descargó sobre la cabeza del individuo. Se escuchó un quejido ronco y luego sintió que el pesado cuerpo se derrumbaba sobre ella. Intentó usar el teléfono pero estaba desconectado. Como pudo se liberó del tipo y huyó escaleras abajo. Todo era oscuridad pero pudo orientarse para encontrar la salida. Cuando llegó a la planta baja, reparó con angustia que esta se encontraba cerrada con llave. Buscó otra alternativa, recorrió toda la planta baja y cuando estaba a punto de escapar por una minúscula ventana, se sintió una vez más apresada por esas manos poderosas que tanto terror le provocaban. Una risa espantosa llenó las oquedades mientras la arrastraba a su madriguera.
-Ahora tengo otro motivo para matarte, chicuela mía. La voz llegó a sus oídos como una consigna terrorífica. La muchacha, ya agotada y resignada, se preparó para sentir como esas manazas se aferraban a su cuello para sumergirla en un pozo de inconsciencia. O acaso fuese un afilado puñal el que traspasaría su carne trémula para obligarla a rendirse. Fuese lo que fuese, acaso ya le daba exactamente igual, el terror la había sobrepasado y la muerte podría ser un pasaporte a la paz. El tipo acercó su cuerpo voluminoso junto al de ella y acercando sus groseros labios a los suaves y bien delineados de ella, le murmuró con voz ronca: -Nunca debiste confiar en ese aparato. ¿Te das cuenta lo que conseguiste? Sintió entonces que las manos endurecidas del tipo, en efecto, se aferraban a su cuello palpitante. Poco a poco se fue sumiendo en un coma profundo, se percibía a si misma manoteando acaso por inercia o talvez para irse sin sentimientos de culpa de esta vida por haber intentado asirse a ella aunque fuese con esos infructuosos ademanes.
(Concluye)
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Texto agregado el 21-08-2006, y leído por 235
visitantes. (1 voto)
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Lectores Opinan |
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26-08-2006 |
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ayy Gui, juro que borraré a todos mis galanes del messenger. Besos y estrellas. Sigo. Magda gmmagdalena |
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