La rosa que me regalaste
pronto se marchitó,
la guarde entre un libro
y negra se volvió.
Su espina aún la siento
pegada a mi corazón,
la herida fue profunda
mas nunca se sanó.
Pensé en arrojarla
negra y como estaba,
mas el daño estaba hecho
y a sangre no cesaba.
Texto agregado el 21-08-2006, y leído por 195
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Lectores Opinan
08-11-2006
muy leendo amika, como siempre me gusta leer sus poemas, siento k me identifican demasiado. lorvelia
28-10-2006
Muy bueno. Efectivamente el daño ya estaba hecho. Felicitaciones***** alfildama
27-10-2006
Me ha gustado mucho. Muy triste pero lindo...! ennag