Me es imposible no observarte detenidamente, tanto que se detiene el tiempo en mi entorno. No te escucho ni te dirijo palabras, pero si observo todos tus movimientos, facciones y sobre todo esa sonrisa que se oculta detrás de esa cara seria e indomable.

Algo más ligero se hace todo al saber que no tenemos compromisos y menos nada de que conversar más que lo trivial y vanal de la vida. Tocaremos temas que no nos incumban y menos que nos comprometan o relacionen, así será el viaje, de espaldas pero mirándonos através de lo espejos que reflejan nuestras imágenes.

Que alivio todo esto, saber que las cosas han cambiado y todo se hace más sencillo, inclusive hasta el tenerte cerca, si al final no eras tan perfecta como yo creía, solo eres la mujer de la cual me enamoré y absolutamente nada más.

Pero es innegable que la verdad se calla, o talvéz sea la verdad la que escapa de mis manos para nunca ser encerrada en la infinitez del orgullo.