En Rey Alberto con Florencia se esconde una trampa. Una trampa del tiempo. En Rey Alberto con Florencia se esconde una trampa, de la magia.
Todas las tardes, al caer el sol, dos adolescentes van a la casa de la esquina para jugar a ser músicos. Para intentar ser músicos. Cuidado. El piano que tocan tiene un efecto somnífero; de tal manera que quien pasa por ahi a esa hora queda atrapado en la dimensión de los sueños donde esa música a todos lleva. Y para siempre.
En Rey Alberto con Florencia hay una trampa. Es la trampa de los recuerdos. El anciano maestro escucha con paciencia la leccón de armonía que su alumno interpreta. Mientras, los transeúntes se van juntando todos apretados en otra dimensión. Ellos no saben lo que hay ahí.
En Rey Alberto con Florencia en verdad hay una trampa. Cuidado. Si te acercas mucho a la ventana el anciano maestro te sorprenderá que oyes el piano. Entonces, en ese momento, viene el mundo real y te vuelve a succionar hacia sus filas, para no soltarte jamás.
En Rey Alberto con Florencia hay una trampa de poderes. Sobrenaturales. El efecto de somnífero es un encantamiento, y una vez dentro, no se puede salir de él. En ese mundo, las cosas son distintas, ni mejores ni peores, eso queda a juicio de ustedes. Pero yo me quiero quedar aquí, en la otra dimensión. Mientras tanto, los espero acá. Si me necesitan, simplemente vayan a Rey Alberto con Florencia, y escuchen la música, cuando cae la tarde. Es como estar al otro lado del espejo..., ¿les comenté que ahí también hay otra dimensión? ...cuidado.