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Se dice que el Diablo perdió su forma, por allá en el campo, y cuando se le maldice o invita a comer porotos, toma la forma de un gato horrible, negro como el carbón, y sus ojos brillante como dos hermosos cristales.
Pero en el momento en que se aparece para reclamar los dichos del individuo, este horrible gato con hermosos ojos se transforma en una maldición, y desde ese momento, todos los sueños de la persona serán pesadillas espantosas, en donde la muerte y el sufrimiento serán los vestuarios del protagonista.
El gato ataca la inocencia... y no sabe distinguir entre buenos corazones e inicuas almas. Para los malvados, se le llama el Diablo Justiciero; para las buenas y bondadosas almas, se dice que el Diablo en forma de gato detectó un pecado oculto y sentenció a muerte en vida, dejando estragos en la mente, haciendo que la persona sólo tenga malos sueños, y ande asustada por el resto de sus días, y cada vez que vea un gato negro con ojos de cristal, una parte de su mente se desprenderá y quedará abandonada para siempre.
Los campesinos le llaman a los "taraditos" víctimas del gato. Antes rebosantes de energía y vitalidad sana, ahora pobres diablos y bastardos dejados a la deriva.
No se le puede dar muerte al gato. Sólo se puede revertir el efecto. Claro está, nunca maldecir al Diablo y nunca invitarlo a comer, aunque sea unas migajas. Si la rabia y la desesperación impiden contenerse de hacer eso, cuando aparezca el Diablo en forma de gato, la única manera de escapar sin daños y no ver más al gato, es cubrirse con un espejo. La explicación que sigue es obvia.
El Diablo atentará contra el gato del cual a tomado posesión.
Pero extrañas veces los lugareños logran ver a un gato dando brincos y movimientos sin sentido. El animal no soportará tanta maldad dentro de u cabez, y muere al cabo de dos días. Es por eso que sólo se puede ver a un gato muerto putrefacto, uno normal ronroneando con ternura, o uno que acabe con la paz y atribuya infortunios al hombre terrestre.
El Diablo en forma de gato negro con ojos de cristal no hiere a las personas. Tiene la capacidad de comportarse como cualquier gato, hasta que por sus oídos entra alguna palabrota en su contra, o una bondadosa invitación a comer.
"Venga gatito, cuchito cuchito... tome este pedacito de pana de pollo!"- Son las palabras de las señoras que alimentan a los gatos. Entre ellos el Diablo en forma de gato, quien al experimentar eso, marca a las señoras que alimentan el cuerpo que necesita para vengarse de sus opositores. Las marca de tal manera que su ley llega a estar nula para susodichas damas de campo.
La ciudad está llena de leyendas. La ciudad está llena de temores y miedos justificados. Pero el campo... está lleno de gatos negros que pudieran llegar a tener ojos de cristal y arrancar de raíz toda suerte de paz y tranquilidad. Cuidado con el gato.
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