Minúsculo adelanto del reportaje...
Casona de techos altísimos, cortinas elegantes, ventanales amplios. En la semioscuridad, derrumbado sobre un sillón anacrónico, el entrevistado, Orlandito.
—Orlando, se lo ha catalogado de retrógrado, misógino, calentón, malhumorado... ¿Qué responde usted a estas apreciaciones? —el viejo clava sus malignos ojos en mi estampa, hace esa mueca ridícula que se ha convenido en llamar su sonrisa, y comienza con su insufrible discurso.
—A usted, estimada reportera, la acusan de ser la típica rubia tarada. Pero no es cierto. —Se acomoda en su asiento.
—Por supuesto que no es verdad, son calumnias, con el único fin de desacreditarme.
—Por ello, sería el nuestro un mismo caso. Con la salvedad, jovencita, del hecho de que usted se tiñe.
Continuará |