Me dices con una sonrisa que siempre estarás allí ... 'siempre, siempre' prometes, y sin embargo sé por tu leve parpadeo que ni siquiera puedes creer en lo que dices. 'Ojalá' pienso... y aun así te digo 'yo también'. Y todo eso ocurre en una esquina, entre tienda y tienda de un centro comercial vacío, mientras lloro y me consuelas. Vaya, al fin dejaste de ser la víctima y eres mi defensor. Por cinco minutos. Mira tu, qué héroe.

Ahora es mañana y te veo con tu novia. Pensé que habías dicho que la soportabas para no estar solo. Pero eso que veo, ¿no es acaso una sonrisa inmensa y dientona en tu cara? ¿Fue un buen premio consuelo?

- Buenos días

Me siento tan estúpida saludándolos así, mientras mueves la cabeza, como diciéndome que sí, haciéndote el hombre de mundo, el genial. Ahora la que sonríe es ella.

Siempre estarías allí .... sí, enfrente mío.