La habitación del tiempo


Había una vez un príncipe llamado Matías Higuita. Este señor vivía en una de las cientos de habitaciones del palacio que había en la antigua América del norte, aquí había una puerta imposible de abrir.
Un día como cualquier otro Matías estaba muy enfadado porque no lo habían llevado al juicio de un ladrón, al entrar a su habitación tiró todas sus cosas y al tirar la cama observó que en el colchón estaba adherida una llave. Con mucha curiosidad recogió la llave y recordó aquella puerta que no se abría. Sin pensarlo fue a la habitación y abrió la puerta con la llave, entró en ella y tiró de una palanca que había en la pared.
La habitación se movió como si hubiera un terremoto y a los tres minutos se detuvo.
Matías con mucho miedo salió de la habitación y se encontró con una ciudad muy moderna y grande. Asombrado del suceso, caminó sin rumbo y todo a su alrededor le parecía muy raro.
Al detenerse un momento, Matías miró hacia un terreno muy grande y se dirigió hasta aquel lugar y vió grandes objetos voladores con alas. Confundido subió a uno de ellos, se sentó y se quedó profundamente dormido.
Al despertar se dió cuenta de que estaba con el cinturón de seguridad sostenido al asiento, asustado, pensando que estaba amarrado se desató y de un salto se levantó del asiento.
Corrió desesperadamente por el pasillo y unas empleadas del avión intentaron sujetarlo. Matías opuso resistencia y en un descuido se dirigió hacia el piloto del avión y lo golpeó hasta dejarlo inconsciente.
Observando lo que sucedía y sin saber que hacer de un momento a otro el avión se estrellaba contra una torre gigante.
Fue así como el 11 de septiembre del 2001 un segundo avión chocaba contra la segunda torre gemela matando a miles de personas.
FIN