Ecosistema

Cuida tus palabras,
he comprobado que los árboles oyen todo lo que dices.
Ayer mismo, fui uno.
Oh! No recuerdas.
Eras un escarabajo buscando bosta.
Huías del Sol.
Y nadie podía convencerte de nada, ni hablarte.
Fue el hechizo de la fotografía, creo:
Cada segundo embarrado de materia.
Oh! No recuerdas.
No me viste florecer, ni ofrecer mis hojas al suelo.
Estar desnudo no me agrada;
además, no sé por qué te cuento esto.
Sólo quería decirte que te cuides.
Los árboles son seres condenados por el frenesí;
ex-locos aferrados al vientre universal.
Ayer mismo, fui uno.
Y oía todo lo que murmurabas.
Papá llegó borracho hoy.
La mierda nunca se pudre.
Las hormigas son tan veloces,
y parece que no miran atrás.
Siempre adelante
o siempre en sí mismas.
La Reina tiene hambre.
La Reina Pentium-1000, conexión al ciber-cosmos
las 24 centurias del día.
Oh! No recuerdas.
Yo era un árbol y ahora sé tus secretos.
Cuando volví, mi cuerpo lloraba de alegría.
A nada le gusta ser un frasco vacío.
A nada, mi amor, mi amigo. A nadie se lo diré.
Las hormigas no pudieron conmigo.
Dicen que ellas realmente no comen hojas,
sólo les gusta torturar al árbol.
¿Ves esta fruta en mi rostro?
Puedo decir que he escapado.