CAPITULO III
COLOMBIA
“Colombia, tierra querida himno de fe y alegría”
Colombia es un lugar maravilloso. Según el libro ”Colombia geografía y destino”
“ Colombia es un área geoestratégica, por reunir cuatro características, es la entrada a Sudamérica, es un país andino, es un país amazónico y se proyecta sobre las cuencas del caribe y pacifico, es un país mediano con 1.138.914 Km2 sus áreas marítimas equivalen al 80% del área terrestre, además posee 44.000 Km. de zona fluvial”.
A demás posee la tercera riqueza hidrográfica del mundo, es el cuarto país en biodiversidad, posee todos los pisos térmicos, recursos mineros, forestales y pesqueros.
Esto nos muestra que vivimos en un paraíso, a comparación de países como Japón, Suecia, Suiza, Australia y algunos otros, por lo que tenemos los recursos suficientes para ser mejores que los anteriores.
La eficiencia es definida “ como la capacidad de aprovechar los recursos disponibles para obtener el mayor beneficio”. Entonces es claro que somos un pueblo no eficiente.
“ Los pueblos tienen los dirigentes que se merecen”
En un pueblo que tolero el robo de Pastrana a Rojas Pinilla, que acepto Gaviria en remplazo de Galán, que permito a Samper ser presidente después de lo que paso a sus espaldas, que eligió presidente a Pastrana Jr después de lo que hizo con Bogotá, y el cual se enamoro de Uribe este aforismo calza perfectamente.
Tal vez el problema de Colombia ni siquiera son los dirigentes, el cáncer de nuestra patria son los ciudadanos, aquellos que eligen a sus opresores, a los ladrones que los desangran.
En regiones del país, la corrupción parece una fábula de Rafael Pombo, en Buenaventura donde se maneja el 80% de los productos exportables, los índices de miseria son absurdos, al caso que en sectores de las ciudades no existe alcantarillado, municipios del nororiente del país, que reciben por concepto de regalía montos superiores a los recursos de ciudades capitales, no existen acueductos, ni vías asfaltadas.
Padecemos de un silencio los mas parecido a la estupidez, mantenemos una actitud vegetativa acerca de nuestro bienestar. A pesar que muchos se levantan y protestan por la igualdad, la equidad y el bienestar de la sociedad, sus gritos y proclamas se convierte en susurros para los demás.
Y otros creen que arrojar piedras solucionara, la imposibilidad que tenemos de expresar nuestros argumentos como seres “Racionales”.
Un grito de libertad se escucho el 20 de julio de 1810 y 195 años después todavía nos asesinamos para mantener nuestra democracia.
Exigimos un compromiso patrio de nuestros dirigentes, en un país donde la nacionalidad y el patriotismo es una banderita en la muñeca, donde todos tratamos de aprovecharnos de la patria, desangramos las compañías con sindicatos caníbales, robamos a las empresas publicas y donde nuestra constitución sirve de bidé.
Los mismos que gritan en las avenidas por una patria mejor, para que no halla corrupción, son los mismos que se aprovechan del sisben, son los que teniendo recursos piden favores políticos para ingresar a las universidades publicas y quitarle la oportunidad a los que necesitan. Son los mismos patriotas que no pagan impuestos y roban a las empresas de energía, los que compran productos de piratería, son los mismos que exigen respuestas, exigen rectitud, ética y moral, cuando ellos mismos sobornan policías en los semáforos. No son mas que unas golfas celosas.
El gran precursor de nuestra libertad Simón Bolívar proclama la consigna “Dios, evita que nuestras armas sean utilizadas contra nosotros”, matarnos ideologías perdidas.
La guerrilla creada en el estupor de la realidad colombiana, en el dolor del patriota, en la búsqueda de ideales importados, en un movimiento revolucionado latinoamericano que se expandió como las más excéntricas de las modas. Procuro luchar a favor del pueblo, se convirtió en “él ejercito del pueblo, que lucha por el pueblo y para el pueblo”. Pero, que con el pasar de los tiempos, del poder y la riqueza se convirtió en grupo de mercenarios que se aprovechan del pueblo y mataban al pueblo. Donde los ideales de revolución se vendieron por unos cuantos kilos de cocaína, un movimiento que esperaba nos ser sometido a esa inercia social, a la indolencia que padecíamos, vendió sus principios en el mercado de la muerte, se convirtieron en lo que rechazaba, sus ideales no dejaron de ser mas que sofismas, sus referentes se quedaron en los libros y la revolución se transformo en la industria de la masacre.
Esos hombres que se fueron a las selvas armados y con uno que otro pensamiento guevarista, marxista y comunista, para proteger el pueblo, oprimido, son los que nos secuestra, asesina y nos oprime. Los que buscan una economía justa, son los que acaban a bombas las empresas que dan trabajo, los que pedían oportunidad son los que han sembrado miseria en nuestros campos.
Y con todos estos errores ideológicos, militares y sociales, lo único que hicieron es darle razones a esos políticos que nos acaban, la creación de grupos de paramilitares y la desviación de recursos sociales, para sostener la guerra. Tal vez la solución es quedarse callado y resignar el destino de nuestra hermosa tierra en manos de los políticos, los subversivos o aun peor del pueblo.
Las contradicciones de nuestra patria son la burla de la constitución, una economía basada en mercados ilegales como él trafico de armas y drogas. Como dice el refrán popular “En este país el que no tiene untado el bolsillo, tiene untada la nariz”, hasta el punto que para algunos miles, capós de la muerte como Leder, Los Orejuelas y Pablo Escobar, son hombres distinguidos que regalaban casas a los pobres, mientras mataban a cientos, cotizaban la vida de los policías en un juego mortal, eran tan extraordinarios que crearon el concepto de traquetos, cicario y demás nombres que recibían los arlequines de la muerte. Manejaron a los grupos subversivos (Esos mismos de ideales y de lucha popular) como sus escoltas. Los patrones del terror, los admirados por muchos (al punto que en sectores como el oriente Antioqueño y el antiguo Caldas, los niños sueñan ser como Pablo Escobar), son los que han hecho del país del Sagrado Corazón, de los Reinados, del Segundo Himno mas Hermoso, la Colombia de Hoy.
“La que tu y yo hemos ayudado a mejorar”. Mientras las embajadas se llenan, tal vez algunos ven en Colombia a su madre moribunda y se van para no verla sufrir mas, las dejan a su suerte. O se van a vengarse de los países que nos empobrecieron ( EE.UU. y España), de pronto algún día harán de estos países otra Colombia.
|