La vi frente al espejo,
Su rostro era familiar,
solo que había algo en ella que la hacia extraña,
su mirada, quizás.
La miraba atentamente,
y ahí estaba, quieta, paralizada,
Con los ojos fríos fijos en el espejo,
parecía perdida, apartada de la realidad.
Baje la vista,
Tenia un arma y las manos ensangrentadas,
Ella se miraba y parecía no entender,
Estaba desconcertada.
De pronto, callo el arma,
de pronto, descubrí que era yo
quien estaba frente al espejo,
perdida en los pasillos de la realidad,
sin rumbo, apartada.
De pronto descubrí que estaba muriendo,
con el arma que aquella desconocida llevaba.
Y mientras caía al suelo, todo se desplomaba.
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