Me encuentro desolada, al otro lado del teléfono está tu voz.
Tengo conmigo las palabras que no diré. Todas esas palabras que dan miedo decirte cuando no dan risa. Palabras que tantas veces encuentras en películas, canciones y libros.
Me gustaría decírtelas, me gustaría vivirlas contigo, pero no lo haré. Quiero, pero no puedo.
Horas y horas escogiendo con cuidado cada palabra, escogiendo con prudencia qué decir. Y llegado el momento, no quieren salir, la prudencia se vuelve cobardía.
Un silencio nos separa. Debería hablarte, me muero de soledad y sé dónde reside mi corazón. Mas callaré, soy cobarde. No puedo decirte, que te quiero tal vez. Temo ser indiscreta, inoportuna… No, no puedo y me detesto por ello.
En medio de tanta desesperación, la melodía de mi vida se evaporó. Comenzó a alejarse de mí, ni siquiera era una canción real.
Había colgado el teléfono.
De nuevo fui cobarde, de nuevo me quedé con las palabras. Palabras que te regalarían lo más grande que poseo.
No sería una ofensa hacia tu persona explicarte que te amo. Tú no tienes la culpa, de hacerme sentir esto, ni yo de sentirlo.
Si tú fueras otro, si fueras diferente…
O si yo fuera otra…
Quizá entonces podríamos ser enamorados, pero no es así y seré loca, la loca.
Quizá entonces si tú no fueras quien eres, yo no te amaría.
Si simplemente no existieras, si simplemente no te habría conocido…
Pero existes y te conocí. Si tú fueras otro o yo otra, tal vez no te amara. Tal vez no te amara porque si fueras otro no serías tú, o porque si yo fuera otra, no sería yo, la que te quiere, te ama y te necesita.
Hoy de nuevo callaré, guardaré el coraje de hablarte para otro día; con la esperanza de reunir más fuerzas y llegar a tus oídos.
Pero si algún día crees que me amas, no creas que me perdiste. Corre, corre a más no poder para reunirte conmigo, no seas cobarde como yo.
Si algún día crees que me amas y ese día te resulta difícil respirar, ve a reunirte conmigo.
Si algún día te oprime el corazón de amor, te embarga la melancolía y piensas en mí… Corre a encontrarte conmigo.
Si alguna vez sientes lo que yo estoy sintiendo, no seas cobarde tú también. No dejes que de ti sólo salgan suspiros que se lleva el aire.
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