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“Solo vives dos veces, una por ti, y otra por tus sueños”

-Bjork




Capitulo I :

Llegué y me senté, todos los días el mismo asiento, debí haber comprado otro solo para hacer mas interesante el día, mi oficina es pequeña, un poco mas pequeña y sería un cubículo, estoy seguro que le pusieron techo solo para mejorar la imagen de la empresa, es decir, ¿como se verían los trabajadores ejecutivos, y me refiero a los que les pagan mas del mínimo, en oficinas sin techo?, sería la burla de las compañías. Tenía una pila de papeles, informes y basura de todo tipo que supuestamente tenía que evaluar.

-(¿Que nadie se da cuenta que nomás le pongo el cello y los envío?, estúpidos me pagan por hacer nada)

-Edgar, te mandaron los papeles, que si los puedes tener para en la tarde-
-(Oh, no pudo empezar peor el día, la secretaria de mi jefe, ¿que piensa que voy a decir?, “No?”)- claro que la recibí con una sonrisa y después el clásico:
-Si, dile al jefe que en la tarde se los envío- si no se va rápido, mi sonrisa no soportara, bien vete, bien, si cierra la puerta.

Después me apuré con los sellos, si no estuviera esa ventana ya hubiera renunciado desde hace tiempo, me hace darme cuenta que existe algo mas que este lugar. El resto del día continué poniendo cellos.

***

Seguía dormido en su cama, hasta que el despertador sonó, unos minutos mas tarde ya estaba bañándose, y otros mas desayunando.

-¿Como amaneciste?- Puschkin
-Bien,- algo seco
-Vaya carita, parece que te quedarás dormido ahogado en tu plato de cereal,-
-No dormí bien-
-¿Y eso?-
-No se, simplemente no dormí bien-
-Que interesante-

Su amigo Eric ya no estaba en la casa, acostumbraba a salir primero. Terminó de comer, Edgar siempre iba tarde al trabajo, estaba acostumbrado a no recibir bonos de puntualidad. Salió de su casa y se subió a su carro, un Buik 87’, bastante descuidado, el motor apenas daba para ir y regresar del trabajo. Su cara permanecía generalmente adormecida hasta que se tomaba el primer café del día, después solo tenía que aguantar hasta las 6 que era la hora de su salida.

-Ey, ¿volviste a soñarte en la oficina verdad?- Puschkin
-Si-
-Lo supuse, por eso traes esa cara- no le responde- Vamos dime que pasó ahora, ¿tuviste que cellar papeles toda la maldita noche? que divertido, tus sueños me encantan-
-¿Te divierte molestarme?-
-Algo, pero también me da lástima, mírate, eres patético!, te sueñas trabajando!-
-¿Y eso que?-
-No, no, no! -incrédulo- ¿no me digas que piensas que todos sueñan eso? no puedes ser tan estúpido, es físicamente imposible-
-Déjame en paz, en que otra cosa pueden soñar, solo soy realista-
-Lo curioso es que es el único lugar donde puedes ser irreal, porque no vuelas, o matas gente, o haces algo mas emocionante, y luego te levantas con una sonrisa, y no con esa cara, parece que toda tu vida es trabajar-
-Te digo que me dejes en paz, voy a trabajar ocho horas, lo menos que quiero es que me lo estés recordando-
-Cuida tu brazo sellador, no se te vaya a acalambrar-
-Muy simpático-
-¿Y si hoy no vas a trabajar? Después de todo ya trabajaste toda la noche-
-Veo que amaneciste muy gracioso,-
-Lo digo enserio, ¿por qué no faltas hoy?-
-Sabes que no voy a faltar-
-Ni en tus sueños, ni en la realidad, etc etc...¿Sabes que?, suerte con tu vida-

Dio la vuelta a su carro, y enseñó su credencial a los guardias de la caseta para entrar al estacionamiento del edificio. El día se pintaba igual de aburrido que el de su sueño. Al salir del trabajo estaba muy fastidiado, incluso más que otros días, su aspecto era patético, lo notó incluso Eric cuando llegó a su casa.

-Oye te ves mal- Eric lo ve llegando, mientras esta comiendo
-Me imagino, pero no creo que me vea peor de cómo me siento-
-No estas descansando bien o ¿porque te sientes así?-
-No lo se, lo que quiero es irme a acostar un rato-
-Adelante, te veo luego- Eric se queda comiendo y viendo el televisor

Cuando llega a su cuarto, se queda entre cerrando los ojos, no se quiere dormir tan temprano, pero esta muy cansado, y cuando menos piensa ya esta dormido.


***



Otra vez estaba sellando papeles, y ahora que lo pienso parece una tortura infernal, ni siquiera le veo sentido ya a tanto cello, ¿quien los revisa? ¿a quien le importa un cello tan vulgar como el mió?, a este punto ya debo haber roto algún record por mas papeles sellados, ¿donde recibo el premio?, no me vayan a salir con que perdieron la cuenta, porque juro que renuncio. Es típico de la burocracia, seguramente voy a tener que llevar mi acta de nacimiento, y un montón de papeles inútiles, que el gobierno considera de gran importancia guardarlos, me harían andar por edificios gubernamentales buscando firmas para reclamarlo y al final, me dirían que tengo que esperar de 5 a 6 semanas hábiles, para recibir mi premio, estúpidos todos, quédense con el premio, Cuantos papeles me faltan por cellar del edificio?

Después se dio la hora de comida, la única hora que se va muy rápido, bajé apresuradamente por las escaleras, (no quise esperar el elevador), y me fui en mi auto a buscar un restaurante, aquí en la compañía tienen uno pero estoy cansado de su comida, prefiero buscar algo diferente. Me dirigí al centro ahí hay muchos, y comí en un puesto de tacos, sin amigos, solo comiendo, no es que los necesite, pero alguien con quien platicar, con quien quejarme, y que aporte criticas.

Regresé al trabajo después de una hora, me pregunto ¿que puede ser más aburrido que mi vida?

***



Extrañamente ahora se despierta sin la ayuda del despertador, incluso lo apaga antes de sonar, pensando:

-(Tiene razón Puschkin, mis sueños son increíblemente aburridos)- sus primeros pensamientos del día, aun fresco su sueño.

Se mete a la regadera pensativo, quiere probablemente una solución a su aparente problema, le esta dando vueltas y vueltas al asunto, se pone su saco y corbata, muy parecidos a los del día anterior, y baja a desayunar.

-Ey vaya que te cambió la cara- Puschkin
-Tenías razón-
-¿En que?
-Mis sueños son increíblemente aburridos, no puedo creerlo-
-Eso ya lo sabíamos, ¿y que con eso?-
-Odio eso, quiero soñar algo mas, no solo que estoy en el trabajo, es frustrante-
-¿Que solución recomiendas?-
-Es el problema que tengo, ¿como controlar mi subconsciente?-
-Yo digo que te relajes-
-No, no quiero relajarme, quiero encontrar algo, debe haber alguna manera-
-Mejor preocúpate por tu vida real, es igual de patética, y es real, estoy seguro que si cambias tu patética vida, tus sueños cambiaran también-
-Mi vida esta bien, que hay con ella, el problema son mis sueños, es decir ¿paso la tercera parte de mi vida soñando que trabajo? no puede haber algo mas irritante-
-Te preocupas por algo que no es real, es tu problema,-en ese momento termina de desayunar y se dirige a su carro.
-Es real, para mí-
-¿Que quieres decir?-
-Tú mismo me lo dijiste, que era patético al soñar eso-
-Si pero solo estaba jugando contigo-
-No, pero es cierto, no quiero ir al trabajo en mis sueños, ¿porque no me entiendes?-
-Como digas muchacho indeciso, haber mañana que se te ocurre-

Abrió la puerta principal, y se dirigió a su carro como normalmente lo hacía, estaba mas animado que de costumbre pero era también por el hecho de que tenía un propósito en la noche, que era cambiar sus sueños. Nuevamente se fue por el mismo rumbo hasta que llegó al edificio. El elevador, con sus compañeros de trabajo a los que no les dirigía la palabra, de todos modos no tenían nada en común, ellos con sus familias, y él solo con su compañero de cuarto. Tenía 34 años y sentía la necesidad de una pareja, pero no hacía nada por obtenerla, así nunca tendría amigos, es decir no tendría nada de que hablar con ellos, que les diría, “vivo solo, y ustedes no” “no estoy casado, y ustedes si” “ah, mis hijos, no tengo”, era una de las razones por las que no les hablaba a ninguno, a pesar de que iban al mismo piso. Cuando se abrió la puerta se escuchó alboroto en la cafetería, donde iban por una dona y un café cargado, a él le molestó el ruido porque no era algo normal en su rutina. Fue a dejar su portafolio, y cuando se sentó, le entró curiosidad. -(¿Que hacían en la cafetería?)-, -(Iré por un café,)-, se levantó de su silla, y caminó en el pasillo hasta la cafetería, donde estaba la mitad del departamento felicitando a uno de los empleados compañeros de piso, había un pastel, velas, y gente conviviendo, pasó sin tratar de llamar la atención, no quería felicitar a quien cumpliera años, aunque en realidad lo haría si se presentaba la situación. Se sirvió la taza de café ambientándose gradualmente, quiero decir, todos estaban conviviendo y se veía que la pasaban bien, él no tenía porque no hacerlo. Cuando obtuvo más confianza, se acercó al pastel y alguien le ofreció una rebanada con una enorme sonrisa. El estaba contento, no quería hacer amigos solo pasarla bien, pero se acercó a un grupo de empleados y notó que discutían sobre la empresa y su descontento con ella, se sintió totalmente en su terreno, en pocos minutos ya estaba dialogando abiertamente mientras devoraba su rebanada de pastel, y bebía café como todos los del circulo, todos lo miraban hablar asintiéndole y mostrando completa alianza, estaba muy contento mirando los rostros de todos sus nuevos amigos, hasta que vio de quien era el pastel, era de Claudia, -(Oh no, demonios, Claudia no)- pensó Edgar, No le gustó para nada que fuera de ella el pastel, y se puso nervioso, dejó de hablar, no la felicitó y se fue a su oficina. –(Es igual que la vez pasada, pero puede ser que no, bueno Claudia tiene que cumplir años, eso no quiere decir nada)- se tranquilizó un poco pero no del todo, comenzó a trabajar y a los pocos minutos la fiesta en la cafetería se había acabado y todos volvían a sus labores. El día continuó como todos los días, y él no se sacaba de la cabeza lo que podría estar pasando. El año anterior, por estos mismos días, había sido un tormento, pero no tenían que ser igual, de ser así sería algo demasiado frustrante.
Mas tarde salió del edificio, buscó su carro y lo hecho a andar:

-¿Que traes?- Puschkin
-No, es que pasó algo-
-¿Ahora que? Te diste que cuenta que tu trabajo es mas aburrido que tu sueño?-
-Ya deja de molestar no es eso, lo que pasa, es que fue el cumpleaños de claudia-
-Oh, no el cumpleaños de claudia, ¡porque encendiste el carro!, ¡¡corre tonto!!- Evidente sarcasmo de Puschkin
-¿Porque siempre tienes que burlarte de todo? esto no es así de gracioso- la cara de Edgar esta tensa, y Puschkin dejó de reír poco a poco,
-Bueno bueno, ya perdón, ¿Que tiene el cumpleaños de claudia?¿olvidaste su regalo?- y comenzó a reír de nuevo a carcajadas, mientras el dirigía el carro hacia la casa.
-Oh, por eso no me gusta decirte nada de esto-
-Si siempre me burlo de todo, pero ya enserio ¿que paso?-
-Son las sombras, en estos meses aparecieron la vez pasada-
-¿Las sombras?, ¿que fumaste?-
-Si, son seres que aparecen y no me dejan en paz-
- Ya veo, ahora si te volviste loco-
-En realidad tengo miedo, fue un infierno antes, y lo va a ser de nuevo-
-Mira Edgar, debes tranquilizarte, muchas veces te atormentas solo-


Siguió conduciendo hasta llegar a su casa, donde estaba Eric, pero esta vez no estaba comiendo si no fumando en el patio, no le dijo que llegó esta vez, tomó un vaso con agua y se lo tomó de un trago, luego lo llenó de nuevo y se preparó un lonche, pero no se lo comió en la cocina, esperó a estar en su cuarto viendo televisión. Mas tarde le dio sueño, no obstante cuando estaba a punto de dormirse escuchó en la ventana un pequeño golpe que lo distrajo, parecía que alguien había aventado algo. Se levantó y se asomó pero no vio nada, no había persona alguna en la calle a donde apuntaba la ventana, era algo raro pero no le dio importancia hasta que el golpe se repitió, regresó para asomarse y de nuevo no vio nada. Era extraño estaba todo oscuro y tenía el televisor apagado, estaba todo en silencio y el golpe era claro, no existía duda que lo había escuchado, se repitió, y cada vez que se daba la vuelta se repetía constantemente hasta que decidió acercar una silla y sentarse al lado de la ventana sin hacer ruido para sorprender al responsable, pero cuando se escuchó de nuevo y no vio nada, recordó el año pasado, era igual, lo estaban fastidiando para que no durmiera, para causarle desesperación, pero no iba a pasar otra vez, no hizo el mismo alboroto, solo se limitó a quedarse ahí sentado, vigilando, se escuchaba el golpe constante contra la ventana, y él simplemente ya se había quedado dormido.




Texto agregado el 16-08-2006, y leído por 224 visitantes. (3 votos)


Lectores Opinan
10-09-2006 Muy bueno, perdona por haber tardado tanto tiempo en leerte, pero ahora que lo hice me llevo un buen, un delicioso sabor de boca, noto que tu tienes algo que a mi me hace falta: la sorpresa al ir contando la historia, me gusto mucho el ritmo que llevaste hasta el momento de suspenso al hablar de las sombras, estoy dando retoques a un cuento que hice llamado la niña, en cuanto lo ponga te aviso para que me des tu opinion, por lo pronto te doy mis 5 en este primer capitulo LuiguiDi
01-09-2006 me gusto bastante.. es muy interesante...mis 5 *.. cuidate muchi.. escribes muy bien!... samantharei
18-08-2006 Es un texto interesante/…me entretuvo mucho esa parte en que estaban todos celebrando el cumpleaños de Claudia, claro que el no lo sabia, hasta después de haber disfrutado de su rebanada de pastel y una grata conversación…/ su vida acontecía entre los sueños y la realidad… clear_su
 
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