En ese momento me sentía como una reina, tenía un par de alas, y la verdad que me servían. Mientras que yo volaba en lo más alto del cielo, pero aún así no llegaba a tocar las nubes y esa era mi pasión, poder volar, ver el mundo con otros ojos y ver desde arriba a la gente que iba apurada a sus trabajos, colegios, todos iban apurados menos yo. Yo tengo todo el tiempo del mundo para poder llegar al sol, poder ser yo un ave más. Pero había varias cosas que me evitan todos mis sueños. Él, y es que se ha llevado mi corazón, el alma y las esperanzas de volver a vivir, de poder sentir de nuevo, el se lo ha llevado todo.
Los colores del cielo se fueron oscureciendo y volviéndose cada vez más grises, lo que me decía que ya debía de volver. Llegué a altas horas de la noche, yo simplemente me había desvelado. Me tiré en al cama, a reflexionar, a empezar a volar en las nubes, y empecé a pensar en él, lo que me ha hecho sentir hasta ahora, lo que me ha dicho, lo que él ha sentido, y entonces me dije “Vamos a calentar el sol”, justo cuando el entro y me besó, me dijo que me amaba, me miro por unos cuantos minutos a los ojos, luego volteó como suele hacer, para poder mirar por la ventana, me pude dar cuenta de lo que iba a decir. Recuerdo que me dijo que no sabía que sentir, ni que decirme.
Yo no tenía qué decirle y el no tenía qué decirme y…Terminó…
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