Pan frió
Me desperté después de un sueño de 72 horas, la pálida luz lunar apenas se filtraba por la ventana dibujando arabescos en las paredes del cuarto, me sentía entumecido y tuve que estirarme bruscamente para entonar la musculatura antes de empezar la calistenia de cada mañana para mantenerme en forma y listo para la acción, me encontraba perfectamente bien, la única dolencia que había tenido en mi vida aventurera... una apendicitis que en Enero del 2004 se arreglo con una intervención quirúrgica menor y que ahora en el 2024 solo mostraba una casi imperceptible cicatriz. En mi temprana juventud estuve fascinado con el mito de los Vampiros, devorando cuanto libro al respecto caía en mis manos y con la ayuda del Internet me documenté en la materia... razón por la cual me encontraba acá.
Había sido bautizado José Antonio en honor al mítico domador de caballos, que vivía en la Pampa de Amancayes y que fuera padre de Chabuca la Grande; si bien todos me llaman Pepe, nombre tonto que no hace justicia a mi trabajo, pero que sirve para encubrir al intrépido trotamundos mejor conocido por su nombre de batalla Tigre, que había adoptado en recuerdo de mi amado abuelo a quien pertenecían las cenizas que colgaban de mi cuello en un relicario forrado en plomo.
Me vestí para la ocasión y salí del recinto, una pequeña luna paso rápidamente por el firmamento en dirección este, Fobos la mayor luna de Marte completa su órbita en menos de ocho horas y esta condenada a estrellarse con el planeta en algunos millones de años, lo que realmente no me importa pues no pienso estar acá tanto tiempo; Deimos mucho mas pequeña circunvala Marte cada 30 horas pareciendo que retrocediera pues el día marciano es de 24 horas y 37 minutos... Me ajuste el respirador y comprobé que el nivel de oxigeno fuera similar al de la tierra antes de subir al vehículo todo terreno que me había sido asignado.
Yo soy un mercenario, me alquilo para pelear, por mi ascendencia Italiana podrías llamarme un Condotiero... como los osados que en el siglo XVIII pelearon en guerras en toda Europa, que no les importaban un bledo, para explicarte mi trabajo déjame decirte que, si tu tienes un problema que puede arreglarse con las armas y suficiente dinero para pagarme... yo te lo soluciono sin que tengas que moverte de tu casa, ni arriesgarte.
Ingrid Beckman, una profesora de Astronomía en la Universidad Ludwig Maximillian de Munich, se encontraba sola y acorralada en una base a la sombra del Olympus Mons, que tiene 550 kilómetros de diámetro y veinticinco mil metros de altura y es el volcán más grande conocido en el Sistema Solar, los sitiadores originarios de Neptuno, podrían ser catalogados como las sanguijuelas del Sistema Solar pues por su mala digestión producida por la alta densidad del octavo Planeta, usaban de beber la sangre de los animales de sangre caliente, pero al igual que los Vampiros mitológicos tenían un punto débil eran atacados por la luz y el calor Solar.
Aquí es donde entro yo, la Unión de Naciones no quería crear un conflicto Interplanetario y decidió sacrificar a la profesora en aras a la convivencia pacifica, valiente cojudes que permitió que yo pudiera ganarme un par de millones de dólares sin mayor esfuerzo; había sido contratado por la Universidad para rescatarla de manera independiente, la Unión de Naciones haría la vista gorda pero colaboraría con mi esfuerzo y todos contentos.
No quiero aburrirlos contándoles que hice en la semana que demoro mi viaje hacia el hemisferio austral, a pesar de Marte ser mas pequeño que la tierra, el terreno no esta todavía preparado para largos viajes, teniendo a mi favor la menor gravedad gracias a las leyes que inventara Isaac Newton para evitar que las manzanas le cayeran en la cabeza.
Neptuno tiene 13 lunas conocidas, siendo las principales: Naiad, Thalassa, Despina, Galatea, Larissa, Proteus, Lassell y Nereid, así como cuatro anillos que lo circundan: Diffuse, Inner, Plateau y Main; la alta densidad de su planeta hace que estos hijos de puta puedan desplazarse con gran rapidez en otros ambientes de baja densidad... como podrán apreciar siempre me documento antes de emprender una de mis aventuras, razón por la cual he logrado sobrevivir treinta y cuatro años.
Cuando me encontraba a cincuenta kilómetros del volcán, rompí el silencio radial para avisar a la Doctora que el rescate estaba en camino.
- Doktor Beckman reagiert, Ich bin Tiger, den ich komme, ihn zu retten. Como creo que nadie a entendido un carajó de mi alemán, voy a traducirlo al español de ahora en adelante.
- Soy Ingrid Beckman... ¿Quien llama? Me respondido una voz asustada.
- Me llaman Tigre, me manda la Universidad a rescatarla.... ¿Cual es la situación?
- Estoy encerrada en la base, rodeada por un ciento de criaturas deformes que tratan de beber mi sangre, tengo las puertas trancadas y no voy ha abrirlas para nadie.
- Si no abre me será imposible rescatarla, consulte a la Universidad que ellos me identificaran, necesito saber además si tiene comida suficiente para dos personas por tres meses... ¡Espero su respuesta!
Pasó un largo tiempo y como veinte kilómetros más tarde se hizo el contacto final y la coordinación para el rescate.
Cuando llegue a las faldas del volcán, sumergí el relicario en sangre de gallina entibiada, para hacerla mas apetitosa, seguí manejando hasta casi la puerta de la base, cuando estuve realmente cerca, arroje el sangriento objeto en dirección opuesta a la entrada y me zambullí por la abertura que la Doctora había permitido.
Conforme a la esperado, las criaturas se abalanzaron por la sangre, abrieron el Relicario y se formo una nube en forma de hongo que género un gran calor y una luz casi cercana al brillo del Sol, los modernos Vampiros se desintegraron al igual que en las películas de terror, como me había dicho mi abuelo que pasaría, cuando me permitió usar parte de la ceniza radioactiva que conservaba como recuerdo de cuando desintegro el Planetoide Alpha y evito la extinción de la Tierra.
La radioactividad seria peligrosa para nosotros por los próximos tres meses, tendríamos que quedarnos encerrados todo ese tiempo, mire a la Doctora con detenimiento... Era regordeta, grandaza y extremadamente blanca para mis gustos, ella trataba de mostrarme su agradecimiento a toda costa y yo la evadía... al cabo de una semana me detuve a pensar, después de todo con la luz apagada y previo baño, no luciría tan mal y como suele decir mi abuelo.
¡A buen hambre... no hay pan frió!
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