Hace mucho, mucho tiempo, cuando había más aire en el aire, estaban Glub y Glug jugando con las piedritas. Eran dos hermanos, a estos dos hermanos los han llamado siempre “El Espíritu que se aparece desde el fondo del tiempo”. Pero ese Espíritu, debes entenderlo, no es Glug o Glub, ese Espíritu es los dos hermanos; puedes llamarlos Glub y Glug o Glug y Glub, no importa, poco importa, no hay orden; es, sencillamente, y por eso, el Espíritu que se aparece desde el fondo del tiempo el Espíritu de los dos hermanos, Glub y Glug.
La aparición posterior, y muy posterior a Glug y Glub, que consiste en la aparición de un hermano como más importante que el otro proviene de la aparición de los Reyes. Fíjate hace cuánto tiempo después de Glub y Glug. Con los Reyes aparece la noción del hermano importante, porque es el hermano heredero. Entonces las historias y las fábulas se convierten en una cosa muy diferente.
¿Por qué el Rey? ¿De dónde aparece el Rey? ¿De dónde la necesidad de la figura del Rey, históricamente, entre nuestras relaciones? De la necesidad de protección. El Rey aparece debido a la necesidad de protegernos de algo. Sin la necesidad de protección quizás no habría aparecido la necesidad de un Rey.
El Rey apareció por la necesidad de protegernos de algo. Ahora debo preguntar ¿Cuales fueron las características de esa invasión? Porque si el Rey fue un Héroe y no un engañador de oficio, es decir, si el Rey fue una necesidad real, ciertamente la fuerza o la cosa de la que habría de protegernos, de protegerse, debía ser una cosa de fuera, desconocida y temeraria. El Rey nos protegía de una cosa alienígena. Puedo decir, con toda certeza, que la cosa de la que el Rey nos protegía era otro gen.
Del Espíritu, que en el fondo del tiempo toda cosa invadía, todo espacio ocupaba, pasamos, muy posteriormente, al Heroísmo; fenómeno que aparece cuando los genes engendrados con ciertas características comunes comienzan a moverse de sus sitios de origen a otros sitios ocupados por otros genes.
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¿Pero qué pasó? ¿Es que acaso los genes antes no se movían? ¿No pudo nunca, antes de la organización de los pueblos (¿la siembra?) un africano, por ejemplo, haber llegado hasta lo que ahora es la Gran Bretaña? ¿No pudo nunca antes un semita del desierto haberse adentrado en un bosque hasta haber llegado a lo más profundo del mismo habiendo atravesado paisajes hasta algún extraño encuentro? ¿Qué clase de gente encontraría…, hasta con el color de la piel distinta a la de él mismo? ¿Cómo fue? ¿Cómo fueron los encuentros? ¿Cómo todo fue siendo?
Toda una época largísima – que existió – de miles de años, anterior a la Cultura; porque no había cultura – (puede no haber cultura pero puede haber Conocimiento) -, sólo habían reacciones (las reacciones que puede suscitar el encuentro con alguien o algunos similares y a la vez distintos a uno mismo). Pero debemos recordar también que la Cultura o un aspecto de la misma se va conformando posteriormente a raíz de las reacciones posibles en el encuentro con algo a la vez similar y distinto a nosotros mismos…, timidez, miedo, envalentonamiento, suspicacia, sensación de amistad, amistad, son todas reacciones posibles de un segundo para el otro, porque estamos hablando, precisamente, del momento en la historia del tiempo en el que se dieron lugar los primeros encuentros entre seres que se desconocen y que sin embargo son parecidos; encuentros anteriores, muy posiblemente, a la aparición de las primeras organizaciones sociales.
Ténganlo como algo absolutamente seguro: era el tiempo de los mitos.
Pero antes incluso de esos mitos está la historia de los hermanos y los padres, primero. Los hermanos, el hombre, la mujer, los hermanos mágicos, la pareja mágica, los hombres las mujeres… antes de cualquier orden, no son aún el pueblo; son seres mágicos y ocurrían cosas mágicas entre ellos, son el gen. Los padres son el mundo y el cosmos, los padres son el universo entero… antes de la suspicacia que nace de la posesión de una cultura.
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¿Cuándo – y la pregunta es en serio -, cuando fue que aparecieron los malos?
Porque ahora queda poco aire
(la pregunta que desde hace mucho tiempo se me quedó congelada en los labios fue “¿Qué querían?”).
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Fue cuando apareció por primera vez el enemigo invasor que comenzaron a surgir los primeros cuentos del hermano bueno y del hermano malo.
Denota un gesto sin igual: al enemigo extranjero, alienígena e invasor se le atribuye el mismo padre. Es decir: aquel ser similar y a la vez distinto a nosotros es nuestro hermano, por muy extraños que nos sean, del mismo padre.
Si hay enemistad, porque las reacciones mutuas de los primeros encuentros derivaron en tal efecto, entonces escuchamos las historias del hermano bueno y del hermano malo… por una de las dos culturas… por una de las dos reacciones…, y la historia reafirma nuestra cultura.
La cultura era el cuento – (Que nos enseña nuestra relación (histórica) con el mundo, lo que somos, el cómo somos; y nuestra relación con las otras culturas… el cómo reaccionamos y nuestras versiones sobre el cómo reaccionaron ellos) – y las otras culturas a la vez aparecen en nuestros cuentos.
Bueno, pero Glug y Glub fueron muy anterior a todo ello, no había uno bueno y el otro “malo”.
Posteriormente los mismo cuentos sobre Glub y Glug quedan distorsionados, uno debe matar al otro para así afianzar nuestra cultura y entender los cambios que otros y nosotros mismos vamos creando y sufriendo, Glub y Glug quedan congelados en el tiempo y se les atribuye sucesos que no les pertenecieron, que no les corresponde… se lanza el cuento de que uno mata al otro y que el uno queda marcado y castigado… en alguna parte…
Glug y Glub fueron dos hermanos muy distintos anteriores a todo cuento y por eso es que se les llama “El Espíritu que aparece desde el fondo de los tiempos”.
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