Estaba yo viendo el cielo, y me di cuenta que algo le faltaba a ese hermoso cielo, algo que nos iluminada, el sol, no estaba, no veía la luz todo era celeste y m preguntaba porque, tal vez era de noche, pero no veía la luna, nadie salía de sus casas, las luces prendidas en todos lados como si el sol se hubiera ido para no regresar, no encontraba razón, las voces del viento y el perfume de tu piel, me decían que todos se habían ido, pero que tu estabas cerca, no dejaba de mirar el triste cielo, que sin el sol parecía un día de muertos.
Eran las ocho de la mañana, si se podría decir mañana, los pájaros emigraron a otros planetas, pero tu corazón, seguía hablándome.
Recordaba los momentos en el que nos echábamos en el balcón de mi casa a contemplar el cielo, con los pájaros y el sol, que tan radiante iluminaba, recordé ese momento en el que nos besábamos en la playa con la puesta de sol atrás nuestro, y como los niños salían todas las mañana soleadas a jugar con agua o a divertirse en la playa.
Pero algo me decía que el sol se había ido, pero tenía quien lo reemplace, eran tus tiernos y sinceros ojos que iluminaban mi camino y mi vida, en eso levante la mirada al cielo otra vez, y ahí los vi, tus ojos, esos ojos que si los perdieras me moriría, esos ojos sinceros y tiernos que al mirarme me transmitían amor y nunca odio, unos ojos puros de verdad y para que no se vayan yo daría mi vida, ahora estoy feliz, ya no parece un día de muertos, mas bien parece un día de amor de primavera cuando nos conocimos y nos juramos amor eterno.
Ahora solo le pido a tus ojos que se queden ahí en el cielo, o en mi mente, para que me alumbre este día, el mejor de mis días. Tus ojos es el sol que anhelo.
Quiero verte y amarte, bajo eso tus ojos y nuca dejarte.