Es simple. Ayer lo dijo y aunque ahora no quiera repetirlo, me quedo conforme, sentado y esperando a que el teléfono vuelva a sonar. A fin de cuentas, Uqbar nunca estuvo allá (en este preciso instante lanzo un escupo a esta tierras del tal Borges)
Cuando llovía, estaba allí, cuando el viento soplaba más fuerte, allí seguía, y sin querer muchas veces la encontré sentada en mi cama. Sospecho, siempre sospecho... y sobre todo en estas circunstancias más vale ser cauteloso y no dejarme llevar por la sangre, por las venas, por aquello que acaba de llegar a las venas. La calle... ahí está la calle y te vas, así de sencillo. No quiero pagarte esta noche y aunque quisiera no tengo un peso, y te vas ahora mismo!! Asumo tu derrota, me río un poco, tomo otro sorbo y bailo con los audífonos ya encarnados a estas alturas. Ni siquiera me aproblema tu "inocente alma juvenil" y sigo bailando tu derrota. ¿Un poco más de vino? puede ser esta noche, pero sin estrellas, sin la caca que corre por mi cabeza y sin tanta estupidez que decir. Me callo, simplemente me callo, pero sigo bailando... no puede darme más risa esta situación!! Y más encima te meas en los pantalones (y eso que todavía no escuchas la sinfonía completa, es sólo el primer movimiento) Espera un rato. Afuera llueve y no quiero que te resfríes (odio cuando tus estafilococos quedan atrapados en mi lengua) Está bien, ¡¡está bien!!, pondré un Chopin, pero prométeme que si no te gusta escucharemos a Gershwin. Por mientras léeme algo de Rimbaud, pero sin la típica voz de Neruda: ya dormí lo suficiente. |