Se derrumba un mar de misterio sobre mi
cuyas sombrías profundidades, antes iluminadas
ciegan mis pasos a través del camino,
camino que se estrecha justo cuando se observaba el final.
Ahora las viciosas oscuridades se apoderan del mañana
con inciertos motivos para proseguir la ruta
que por momentos significó mi vida
y en cuyos brazos se arrullaban mis esperanzas.
Pero el débil tiempo se dejó ganar
por la inseguridad de lo desconocido
y en un instante milenario, con segundos detenidos,
de las alturas cayeron anhelos e historias sin escribir
y era en el final de esa historia
en el que se encontraba mi vera, mi refugio.
Ahora mi corazón palpita a la intemperie
con poca comprensión sobre el motivo de tal sacudida
que cruel, se dirigió directo a su talón de Aquiles
para estremecer los linderos de su estabilidad
dejándolo a un paso del limbo, del dolor.
Entretanto mil gotas saladas hacen un esfuerzo
por amortiguar la herida latente
que de angustia se transforma en decepción
aún cuando tiene conocimiento y certeza
de que sobre un nido de espinas
se esconden hermosos pétalos con aroma a vida
... más ya no sé como llegar a ellos.