-¡Despierta, despierta de inmediato!- pareció decirle Lady Mary al inconsciente Boeing, quien roncaba como los mil demonios.
Ella, le rasguñó su nariz en un desesperado intento por reanimarlo, pero parecía que el perro había acumulado el sueño de mucho tiempo, porque no se dio por aludido y continuó con sus ronquidos. Desesperada, la gatita corrió hacia la casa y sin que los ladrones se percataran, cruzó sigilosamente, sólo como los gatos saben hacerlo, por el largo pasillo y se metió a la cocina. Allí, con sus patitas, manipuló una bolsa repleta de leche y la arrastró hacia sí, saltó por una ventana, que estaba entreabierta, con la bolsa entre sus dientecitos y en un momento estuvo delante de Boeing, quien continuaba con su serenata de ronquidos. Como pudo, entreabrió el hocico del perro y mordisqueando la bolsa hasta que consiguió hacer fluir la leche, logró hacer coincidir el chorro con la garganta del can, de modo que éste, en su inconsciencia, comenzó a sorberla tal si fuese un tierno bebito.
-¿Qué sucede acá?- pareció preguntar Boeing, todavía adormilado pero ya recuperado por la ingestión de leche. La gatita, con sus lindos ojitos color avellana desmesuradamente abiertos, le indicó con su cabecita al interior de la casa y el perro comprendió de inmediato que algo estaba sucediendo. Alzándose con no poca dificultad, Boeing caminó con pasos de borracho, pero, al sentir murmullos y ruidos extraños dentro de la casa, lanzó un ladrido que resonó con estruendo. Los tipos, tomados de sorpresa, saltaron de espanto e intentaron huir por alguna ventana, mas, todas ellas tenían gruesos barrotes. Entonces, ambos temblando de miedo ante ese espantable animal que les mostraba sus poderosos colmillos, no atinaron a nada más que a llamar ellos mismos a la policía por medio de uno de los celulares que estaba a la mano.
Cuando los dueños regresaron, ni siquiera intuyeron que sus mascotas habían cuidado tan pero tan bien su vivienda. Aún así, como era un par de personas que amaba a los animales, le mandaron construir una bella casita a Lady, encortinada de seda y con suave alfombra de lana en el piso. Boeing, por su parte, desde su hermosa casa de dos pisos, tenía ahora mejor ángulo para contemplar a la hermosa gatita que lo miraba a su vez detrás de los cristales…
F I N
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