¿Será posible?, ¡que me cápen si no lo consigo!. Esto no puede ser posible, ¡nunca!, y cuando digo nunca es que nunca se me ha resistido ninguna. A ver poco a poco, hay que mantenerlo así, bien bien, ahora lo ajusto un poquillo más y…, ¡me cago en la puta!, ¡es que no hay manera!... Tendré que devolverla, o eso o me vuelvo loco. Espera, espera, a lo mejor desde otro ángulo… Sí, seguro que funciona… No tampoco, el mango me lo impide, probaré sosteniéndola con un palillo a ver si lo veo… No, tiene una goma que ajusta muy bien… Será mejor que me vaya a dormir, sino mañana no habrá quien vaya a trabajar.
¡Joder, las cuatro de la mañana y sin pegar ojo!. Esto lo soluciono hoy como que me llamo Tomás. A ver, tal vez… ¡sí!, tal vez si la desmonto…, no, que va, esta bien parida la cabrona…, no encuentro el mecanismo que lo acciona por ninguna parte ¿pero donde coño lo esconden?. Veinte años, veinte años y ¡jamás! se me ha resistido ninguna. Tendré que llamar al servicio de atención al cliente. ¿Pero a estas horas?... A ver, ¡sí!, “urgencias 24 horas”. ¡EUREKA!. Sí, acepto la derrota, pero es que tengo que saberlo.
-¿Hola, señorita?.
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-Sí, sí, ya lo sé, pero he visto veinticuatro horas…
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-Exacto, verá tengo la JP 1200, y tengo un problemilla…
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-Bueno se trata de lo siguiente… es que me da un poco de vergüenza…
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-Pues si me podría responder a lo siguiente…
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-¿Cuándo cierro la puerta de la nevera… se apaga la luz de dentro?.
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