yacia su cuerpo inerte, encima de una fria mesa donde reposabas de la vida dandole paso a la muerte, caminaba entre recuerdos que se convertian en anhelos, olvidos carentes de estaciones donde el sol ya no iluminaba mi rostro, sali de la morgue donde bese por ultima vez tus labios palidos y ausentes.
el silencio daba paso a chillidos extraños mientras la soledad me cubria bajo su manto.
la noche compañera eterna, corre por mis venas la maldicion de ser eterea.
impero una vez mas la muerte en este lugar, no se adonde ire a parar, pero no tengo prisa en llegar a ningun lugar pues la luna no me deja escapar al efecto de una noche que no termina jamas.