Te devolveré la vida el proximo domingo
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Mientras las plañideras vestidas de negro
caminan a la iglesia a escupir sermones.
Tus brazos me amarran contra tus pechos
suaves como nubes de algodón.
Los sonidos que llenan el ambiente son tus gemidos.
Las plegarias son tus besos
que resbalan entre mi boca sedienta.
La ofrenda son tus ruegos
y un te quiero mi confesión.
De rodillas sorbo el cáliz de tu cuerpo
que vierto en la embocadura de tu ensenada
y subo dentro de ti a fecundarte.
Luego siento la densidad del tiempo por el cuarto,
los aromas del placer inundan nuestro tálamo
son los perfumes de los frutales de tu cuerpo
y el incienso del altar de nuestro amor.
Nuestro rito de amarnos cada domingo
comienza con la ceremonia de besos y caricias
trayendo a mi, simulación de campanas
que es el preludio al templo de tus emociones.
Texto agregado el 10-08-2006, y leído por 192
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Lectores Opinan
15-08-2006
Qué belleza Oswald, una preciosura de tus letras. Besitos mi amigo y todas mis estrellas. Magda gmmagdalena
13-08-2006
Buena comparación, después de este Domingo pueden ir en paz. Besos y 5* Laura :) MariaL