En esos mares sin orilla,
donde se excursiona sin regreso,
he navegado hasta donde la tiniebla, detiene el día.
el intrépido ensordecedor camino,
donde se viaja a velocidad del espanto,
para no toparse con la sombra de las penas.
las voces braman las marismas.
La tierra tiembla, las montañas de cobre oscilan,
las rocas hienden y las piedras se quiebran sobre la costa,
en las tormentas que trae la existencia.
A los infames errores que nos abalanza la vida,
y otros tomados por los desaires del destino.
¡OH perro sin madre, son los padecimientos!,
¡ Porque!, ¡ Persigues hasta extenuarnos!
Yo pediré las garra del águila, para que te tome y lleve lejos,
su ventosas la sanguijuela ,
para que te succione y no deje nada,
las uñas corva al halcón para que te desgarre ,
los espolones de buitre, para dar tormento al maldito,
para castigar la sacrílega vida que nos trae pesares.
Que la cabeza de los males quede inerte,
le falte aliento a su pecho.
¿ Quiero que el mundo sea libre de ti?
¡Perro inmundo y vagabundo de gravare!,
¡Que navegas en los mares de los tiempos!
En las lágrimas de las madres,
en las guerras ,en los flagelos de las drogas
y enfermedades interminables.
Corvejon de mares de lagrimas,
te escondes detrás la sombra de las épocas.
Las plegarias no te bastan, para disipar tu embate,
las palabras hormiguean en mi boca,
germinan en mi encías, pidiendo que te alejes,
y solo escucho las palabras que traspasan,
mi entendimiento.
“Toda acción tiene su reacción y toda causa su efecto”,
Y escucho el gorjeo de las aves que trinan,
parecen conocer su secreto, y con un ala roza las aguas,
con la otra acarician el cielo, sus alas aran el mar,
y su pico golpean las rocas en su isla situada en mitad de las olas.
Escucho el silencio de los árboles que sumiso alcanzan las nubes.
y las aves regresan a su nido, cuando las lagrimas de lluvia,
riegan las raíces de los acontecimientos acaecidos.
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