Una sombra cruza Egipto y viaja al compás de los vientos. Nadie la ha visto porque es diáfana a la luz del día y en la noche se invisibiliza. A veces es un vaporcillo tremolante que sólo algunos pájaros pueden ver. Basta que ello suceda para que se produzca un estremecerse de plumas que provoca el desconcierto de la bandada. la que se bifurca en diversas direcciones como granizada de fuego.
Cuando la sombra desciende y cae en terreno baldío, se transforma en un cuerpo difuso que avanza con paso resuelto, superando todo obstáculo. Son mortajas amarillentas que envuelven un cuerpo aparente en el cual brillan dos ojos penetrantes. En ellos se refleja la resolución. Al oeste, siempre al oeste. Allá debe consumarse su primera venganza…
Texto agregado el 09-08-2006, y leído por 290
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Lectores Opinan
19-11-2006
que susto.... sigo... aruald
09-08-2006
Estilo trepidante que hipnotiza al lector, pero mejor será por una temporada mirar hacia el suelo. eneas