Ayer no había luna, no había estrellas,
Solo una lágrima y un suspiro,
De agonías, de encuentros, de perdidas,
Y tú recuerdo abandonado.
La lluvia tormentosa mojo el rostro mío,
Confundiéndose, tratando de encubrir las gotas de mi llanto,
Con fuerza del cielo caía la esperanza perdida,
¿Cuánto dolor puede soportar un corazón roto?
Tres deseos y que se cumpla uno, uno solo,
El poder verte, besarte de nuevo,
Como aquellos días en que
Había lunas y estrellas,
Como aquellos días en que
Estabas,
Me queda esta sonrisa, esta sonrisa apagada,
Y en el recuerdo se va el llanto,
Se van los llorares y los sufrires,
Pues has nacido tú,
Te dejo mi lágrima y en ella va mi sonrisa,
Te dejo, los dos deseos sobrantes
Y si algo llegase a faltar,
Toma el corazón mío,
Que uno nuevo renace, como el fénix,
Ayer tampoco había sol,
Más eso no importo,
Tu luz es suficiente,
Tu vida.
Que es mi vida.
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