Mi eiNSTeiN
Hola mi bebé. Se que no eres un bebé, pero para mí siempre lo serás. Yo no creo en esas trivialidades que se dijeron sobre ti. Yo no creo en tu liviandad, ni en tu egoísmo, ni en tu irresponsabilidad, ni en tu falta de vocación, ni mucho menos en tu incapacidad de amar. He visto, y no con los ojos del alma, cómo eres capaz de posponerte a ti mismo, de qué forma has preferido la salud de tu santa madre por sobre la tuya, cómo te entregas a esas páginas plagadas de teorías que ya conoces. Se que amas, que sientes, que anhelas. No les hagas caso. No a ellos, tampoco a tu propia voz. Los fracasos son parte del crecimiento. Aunque no quede nadie sobre esta Tierra capaz de entenderte, siempre me tendrás a mí para apoyarte, escucharte, consolarte, aconsejarte... mi príncipe, mi Einstein, ya verás que todo va a pasar, ya verás...
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