Caminaba solitaria, perdida,
Las estrellas se posaban sobre los techos de las casas,
La luna buscaba un lugar donde ocultarse del sol.
Y caminaba, solitario, perdido,
Se escuchaba el llanto de la noche
La luna, seguía buscando un lugar donde ocultarse del sol.
Y ella pensaba
en cuanta soledad guardaba
Cuan triste estaba su alma.
Podía sentir las lágrimas de su corazón
Por tanto amor malgastado.
Y él pensaba
en las tantas noches frías
En la llegada amarga de la mañana
Podía sentir la herida abierta de amores pasados
Y cómo la sangre dolorosa le inundaba el alma.
La esquina olvidos, los estaba esperando
Para que fuera ese el fin de sus duelos
Para que fuera esa la cura de la enfermedad letal
Que llaman Soledad.
El destino, hizo su mejor jugada,
Como un partido de ajedrez,
Hizo una movida perfecta,
Para que se encontraran frente a frente.
La luna, no encontró donde esconderse del sol,
Y la mañana los encontró,
envueltos en sueños nuevos,
Enredados entre la pasión
y algo que tenía el perfume de la ternura.
Tan juntos, que alguien que los vio
aseguró encontrar al amor.
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