Con una lluvia que recien estrenaba la noche, sus almas pobres se miraron cabizbajas, se vieron iguales.

Desde hace rato el olor a rancio, se habia disipado, los sonidos del espacio abierto atenuados en cada climax alcanzado por la lectura de sus miradas.

Desconocidos de la calle hasta ayer, se pasaban cuidados especiales con el tácto que nunca habían probado.

Las ropas, pegadas a la costumbre en soledad, se estudiaban, abrazándose con el capricho de aquel sueño perdido. No habia preguntas.

Los silencios cortaban la húmedad de la noche, el beso tenía un gusto especial, tal vez distinto al que veían en algún tv de paso, imitando la mímica sin forzar sus esperanzas.

El frío que a díario callaban con noticias impresas en papel, se había ausentado con aviso.

Sentía un nudo, ese que lo llamaba por la necesidad, pero lo silencio con la comida nueva que álguien le había alcanzado.
La miró desde arriba sin que ella despegara su rostro del pecho, tento en hablarle, pero temió que fuese otro fugaz sueño.

Entre cerro los ojos y se dejo estar serenamente, callando a las visceras en una noche de lluvia ya avanzada.

Sintió algo, un sonido similar al que solía batir él y entro profundamente en esa fusión, mientras que alguien lejanamente cercano, ofrecía su lata
al público..

Abrazo más fuerte apretando sus músculos, intento darle calor como lo había echo antes. Pero , se volvió a quedar en silencio , para no despertarla.

Abrazo a la vida ausente, no hablo para despertarla.

Dejó que la lluvia cierre otra vez la noche.