Vamos a seguir tomando pues… ó que ya no aguantan mariquitas-decía el tipo que apenas podía hablar de lo borracho que andaba-para eso me gustaban, para maricas.

Este hombre era Neto, como le decían a Ernesto López, un joven alcohólico, despreocupado y vago jefe de familia.
Pero ninguno de los compañeros de Neto quiso seguir la parranda, así que se fue el solo por las calles, con una botella en la mano, así encontró en un callejón a unos tipos de mal aspecto, que tan mal aspecto tenían,que a Neto le parecian unos vagos, a él que andaba con bigote y barba crecida, pantalón deshilado en las rodillas, zapatos rotos, entre tantas fachas; al momento Neto no supo que hacer, y se quedo estático, cuando los tipos vieron que traía una botella de vino pues se acercaron a el amablemente, no eran mas de 3, pronto congeniaron con Neto y se pusieron a tomar.

Salud por mis nuevos amigos-decía Neto y tomaba y pasaba la botella con los tipos que encontró en la calle.

Pasaron las horas y se acabo el vino, entonces a los tipos no se les hacian tan graciosas las estupideces que a Neto se les ocurría, así que pronto empezaron a forjar un cigarrillo de hierba.
Entonces Neto solo se les quedaba viendo, a pesar de que Neto era un vago y vicioso, jamás acostumbraba drogarse.
Neto era joven, tenia apenas 23 años, una esposa de 20 y aún no podían tener niños, ya se habían hecho varios estudios y nada, el doctor les decía que era cuestión de seguir intentándolo que no se desesperaran.

Bueno mientras tanto los tipos ya tenían el cigarrillo y se lo pasaron a Neto, al principio como que no se animaba pero ya después no pudo resistirse, se prendió del cigarrillo y pronto forjaron mas y mas, paso un largo tiempo, ó eso fue lo que a Neto le pareció y pronto se fue a su casa.
Su mujer siempre que llegaba borracho lo regañaba por el estado en que andaba y Neto pues se ponía muy pesado con ella y siempre le gritaba.

Le decía-por tu culpa no podemos tener hijos, maldita mujer-le gritaba y a veces se ponía a llorar por que tanto a Neto como a su mujer Esthela les emocionaba mucho tener hijos.

Entonces llego neto a su casa, estaba atarantado por el efecto de la hierba y se sentia sin fuerzas con ganas de dormir, su mujer lo vio y se persigno, pronto le abrió la puerta y Neto entro lentamente y le dijo a su mujer- llévame a la cama- a ella le sorprendió pero accedió apresuradamente.
Pronto quedo dormido y así de pronto llego la mañana.

Esthela ya se había levantado y ya cocinaba el desayuno cuando Neto despertó, aún no podía hablar, no había despertado bien del todo.
Al verlo su mujer así, se volteéo y le dio lña espalda y le dijo- ves así que tiene que ver Neto, no como las otras noches que hasta paréese que bienes marihuana-decía la mujer sin voltear a ver a Neto, que solo pudo responder con una mueca, no una sonrisa, solo una mueca y ya.

Y así termina una de tantas historias de Neto, si les gustó les puedo contar mas, hasta entonces.