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En esta ocasión voy a comentar una película icono y referencia indiscutible de nuestra cultura pop, para realizar algunas reflexiones vitales que nos permitan establecer paralelismos e ilustraciones entre personajes, frases y situaciones de la película y la Teoría de la Voluntad Irresistible.
The Matrix va a funcionar como un caballo de Troya en la asimilación y difusión de las percepciones y conceptos que informan a la teoría que nos ocupa.
El planteamiento fundamental de la trama de The Matrix es que existen dos mundos. Un mundo falso creado por las máquinas que, diseñaron un programa que engaña al cerebro de los seres humanos, mediante la transmisión de impulsos nerviosos irreales. Para hacerles creer que viven una vida citadina ordinaria, mientras que sus cuerpos están confinados en células o cabinas, en las que son alimentados con el propósito de obtener la energía eléctrica que producen sus organismos. Para resolver el problema de suministro energético de las máquinas.
En fin las personas son reducidas a cumplir la función de una batería, en provecho de las máquinas que, alcanzaron autonomía con respecto a los humanos, por el desarrollo de la inteligencia artificial.
En el otro mundo, el verdadero. Existe un grupo de seres humanos que conforman una resistencia de la raza humana, ante la dominación de las máquinas, que se centra en una ciudad lúgubre y subterránea llamada Zion.
Los rebeldes son capaces de entrar y salir del mundo falso de la realidad virtual, a través de la utilización de líneas telefónicas. Aquí los realizadores de la película, utilizaron como herramienta, el ampliamente difundido concepto moderno de comunicación por Internet, como vínculo entre los dos mundos. Circunstancia que estimo genial. El público se dirá, si se envían por Internet correos electrónicos, datos, fotos, etc. ¿Por qué en un futuro no se transportarán personas entre dos realidades?
Para cerrar esta introducción sobre las condiciones generales de la película, existen los agentes o centinelas, creados por las máquinas para luchar contra la resistencia humana que, tienen la capacidad de transfigurarse en cualquier persona dentro del programa de realidad virtual y que en luchas cuerpo a cuerpo han aniquilado a todos los humanos que los han enfrentado, por lo que la defensa más popular entre los humanos rebeldes es correr desaforadamente cada vez que un centinela los enfrente.
La idea de la existencia de dos realidades, una ficticia y una verdadera, está tomada de la muy conocida versión de la caverna del filósofo griego Platón. En la que los seres humanos se encuentran sumidos en una oscura caverna, hasta que alguno logra escapar y conciliarse con la luz (La verdad, el mundo real). Pero éste héroe, cuando regresa para rescatar de la oscuridad a sus congéneres, es rechazado y tildado de loco por quienes permanecen limitados en las tinieblas de la caverna.
En conclusión, la masa no quiere despertar de su vida en la penumbra.
Nuestro primer paralelismo es hacer un puente o relación entre la creencia profundamente arraigada acerca de la existencia de dos realidades, la ficticia y la verdadera; o dos mundos, uno real y otro falso.
Vamos a partir de la supuesta existencia de dos mundos, el mundo real y mundo utópico, aunque más adelante concluiremos en el error que significa esta concepción de dos realidades insalvables. Por otra parte, vivimos en una permanente pugna en nuestras vidas entre la razón y la pasión, cuerpo y alma, Dios y Demonio, la cual es ineludible mientras el ser humano exista.
El centinela principal en el film es el agente Smith, quien protagoniza peleas y persecuciones contra el héroe de la resistencia Neo. Smith representa la ley, la moral, la religión y el orden.
El grupo de rebeldes humanos está encabezado por Morfeo, quien confía ciegamente en el carácter de elegido de Neo, como salvador de la raza humana, por quien está dispuesto a entregar su propia vida, si fuese necesario.
La historia se inicia con una operación clandestina de venta de sofware que realiza Neo, por lo que nuestro héroe es un trasgresor del orden establecido, condensado en la figura de un hacker o delincuente informático. Aquí, el film expone un rasgo muy interesante del héroe en potencia. Neo es capaz de otorgarse sus valores y separarse de los valores generalmente aceptados por el conglomerado social, demuestra una fuerza de carácter para ir en contra del sistema.
Trinity es la compañera sentimental de Neo, con la que vivirá un romance en el curso de la trama. Ella tiene la tarea de ubicarlo dentro de Matrix e iniciarlo en la senda para descubrir la verdad, para lo cual tiene que llevarlo ante Morfeo.
Trinity habla con Neo y le dice que ella sabe porque él vive sólo y lo que busca, porque ella vivió así, buscando.
Trinity le dice a Neo que, ella no buscaba una respuesta; sino que es el preguntarse lo que nos mueve.
Después de este primer acercamiento entre la pareja estelar. Neo va a su trabajo. Los espectadores percibimos un mundo aburrido, rutinario, gris y regular.
Vamos a realizar otro inciso, para retomar la escinción que nos consume entre el mundo de la razón y el de la pasión, alma y cuerpo, cielo y tierra.
El mundo representado en la cinta por Matrix, es el mundo moderno de la razón, en el que hombres y mujeres están ataviados de deberes, responsabilidades, hastiados, como si arrastrarán su existencia. Al igual que Neo saben que hay algo más, están en la búsqueda de respuestas movidos por el cuestionamiento.
El hombre y la mujer modernos intuyen que debe existir un mundo con colores, cargado de sensaciones y pasiones, pero viven en la oscuridad de la caverna y no saben cómo descubrirlo y lo peor es que temen hacerlo. Este mundo está representado en la película por la realidad virtual que engaña a los humanos cautivos de las máquinas.
Cuando Neo llega a su oficina es reprendido por su jefe, quien le recuerda que los empleados de la empresa saben que son una parte del todo, y, si un empleado tiene problemas, el todo (la empresa) tiene problemas.
El jefe de Neo no hace más que hacer alusión a uno de los mayores males de la modernidad, que es la reducción del hombre y la mujer a cosa (cosificación).
El trabajador moderno en la superestructura de una corporación gigantesca o de un aparato estatal burocrático, no es más que una ínfima piecilla insignificante para el todo, y así lo siente el hombre y la mujer.
El agente Smith captura a Neo en su oficina y lo traslada a la comisaría para interrogarlo, durante el interrogatorio le expresa que en él confluyen dos vidas; en una vida es Anderson, el empleado regular que se dedica a confeccionar programas de computación. En esa vida tiene un número de seguro social, paga impuestos y cumple con sus obligaciones. En la otra vida es un hacker o delincuente informático y ha cometido todos los crímenes posibles por computadoras.
Recordemos que el agente Smith es el ojo de la sociedad, ante el ojo de la sociedad hacemos lo que esa sociedad espera de nosotros, para no desencajar, no hacer el ridículo o piensen mal de nosotros.
Pero existe “otra vida”, en la intimidad y desnudos frente al espejo de lo que somos, en esa vida nos autorizamos a ser espontáneos y auténticos, por este canal logran fluir nuestras querencias sentidas, pero lamentablemente, en la mayoría de los casos, esta vida de existencia plena está relegada a permanecer confinada y encadenada en un sótano, prisionera de nosotros mismos.
Después de la liberación de Neo de manos de los centinelas, es contactado por el grupo de rebeldes. Se fija un punto en plena calle donde es recogido y trasladado en automóvil. Dentro del auto se da inicio a una pequeña discusión, él abre la puerta del vehículo para descender nuevamente a su vida, a la normalidad. Trinity antes de que descienda, con la puerta abierta y apuntado a una calle desolada le dice: “tú conoces ese camino y a dónde conduce exactamente”.
Regresamos a nuestro paralelismo con la Teoría de la Voluntad Irresistible y nuestro desenmascaramiento de la razón.
El hombre y la mujer modernos viven vidas enlatadas dominadas por la conveniencia y la utilidad que deriva del pensamiento razonable y lógico. Saben que no se sienten a gusto, también saben que la ley de la causa y el efecto que rige su vida de cálculo no funcionó como clave para la felicidad. De allí, que al igual que en The Matrix, conocen perfectamente a donde les conduce su predecible vida pensada. Pero no tienen el coraje de realizar los cambios que se corresponden con su naturaleza pulsional y sentida.
Neo cierra la puerta del vehículo y es conducido ante la presencia de Morfeo, pero antes de entrar a la habitación, dentro de la cual Morfeo le revelará la verdad. Trinity con mucho énfasis le da un último consejo: “…sé honesto”.
Para enfrentar la naturaleza que bulle en nuestro pecho, no hay otro camino más que ser honestos, pero estamos ante la honestidad más ardua, porque en todos hay algo de demoníaco, por ello la honestidad más difícil de alcanzar es la honestidad con nosotros mismos.
Esto me recuerda unas palabras de Albert Camus en las que sostenía: “Como todo el mundo, intenté bien o mal, corregir mi naturaleza mediante la moral. ¡Y eso, ay, es lo que me costó más caro! Con energía, y la tengo, logra uno a veces conducirse de acuerdo con la moral, pero no ser. Y soñar con la moral cuando uno es hombre de pasión, es dedicarse a la injusticia en el momento mismo que se habla de justicia.”
Neo es presentado a Morfeo, éste le explica que deberá elegir tomar una de dos pastillas. Una de color azul en la que no recordará nada y regresará a su vida habitual, la otra de color rojo que lo despertará a la verdad.
Morfeo le dice a Neo: “…lo que sabes no puedes explicarlo, pero lo has sentido toda tu vida. Hay algo malo con el mundo, no sabes qué es, pero sabes que está ahí. Matrix es todo, Matrix es la realidad. (…) Eres un esclavo y estás en una prisión que no puedes ver, oler o tocar, la prisión para tu mente.”
Morfeo no hace otra cosa que acudir al conocimiento intuitivo de Neo. La intuición, es ese conocimiento a priori que no requiere de la intervención del pensamiento abstracto. Es cuando, a través de nuestra percepción sensorial aceptamos o rechazamos personas, cosas o circunstancias, sin saber a ciencia cierta el fundamento racional de ese conocimiento.
A continuación Morfeo le explica a Neo donde está la prisión. Si no la puede oler, tocar o sentir, la prisión no es física, ya que está fuera del alcance de los sentidos, entonces, la prisión es mental.
Porque la más cruel y torturante de la prisiones deriva de los pensamientos, esos pensamientos monolíticos que adoptamos como creencias irrefutables, que por ende, pasan a constreñir nuestros actos, como una compactadora de chatarra. Esas creencias increíblemente dirigen nuestros actos como una domadora de fieras con látigo en mano, las heridas profundas se llaman remordimiento y no dejan de sangrar.
Concluye Morfeo al calificar este tipo de prisión como: “…la prisión para tu mente…”.
Obviamente que Neo, el héroe se decide por la pastilla roja. Los realizadores de la película se apoyan en el cuento Alicia en el País de Las Maravillas. Por esta influencia Neo vive una experiencia ante un espejo que se vuelve líquido en su mano.
Una vez que Neo es liberado de la cápsula, en la que sus centros nerviosos estaban intervenidos por cables y era alimentado a través de un tubo. Morfeo lo inicia en el descubrimiento de la realidad, sentado en un sillón rojo con las ruinas de una ciudad y truenos sobre un cielo encapotado, le lanza una de las frases más trascendentales de la película: “Bienvenido al Desierto de la Realidad”.
Nos reservamos el comentario con respecto a esta frase para la parte conclusiva, porque nos adelantaría en lo que pretendemos comunicar y debemos continuar con la secuencia y la trama de la película.
Morfeo presenta a Neo a la tripulación de la nave e inicia un entrenamiento por programas de computadora: En combate, simulación de la realidad dentro de Matrix y salto.
Morfeo expresa en el entrenamiento: “…estoy tratando de liberar tu mente, pero sólo puedo mostrarte la puerta, tú debes atravesarla.”
Nuestro intento por desmontar la prisión mental de conceptos o jaula de razones, nos sumió desde Sócrates hasta la Revolución Francesa en la ignominia de someter a la sensualidad de nuestros sentidos al metal frío y calculador de una razón árida de vida.
La lógica delirante ha servido de bastón a Mesías modernos como Hitler, para señalar el camino y coaccionar a multitudes para alcanzar lo que ellos consideraban el máximo bien, que dada la ignorancia e incapacidad para razonar de ciertos sectores, los Mesías se consideran facultados para dirigir pueblos y naciones, por ello es justificable razonablemente la matanza o aniquilamiento de muchos, por un fin superior (Inquisición Católica, Revolución Bolchevique, Fascismo, entre otras revoluciones) se lleva al pueblo a transitar el sendero que permitirá el acceso a una meta dorada (mejor gobierno o máxima felicidad). Recordemos que la filosofía de la razón de Hegel es la base del fascismo y del comunismo.
El argumento que voy a explayar, es el que ha arrasado con millares de vidas humanas sobre el planeta a lo largo de la historia y que aún en la actualidad sigue aniquilando vidas en manos de lideres políticos y religiosos y se resume así: “Como tú no piensas correctamente, yo que razono bien y conozco lo que te conviene a ti y a toda una nación, por ende conozco lo que te favorece y que no alcanzas a mirar, porque no razonas bien. Así que por tú bien, y a pesar de ti mismo, he de obligarte como individuo y nación a que llegues a esa meta mejor, dorada y de dicha infinita. Ideal que en este momento no logras vislumbrar, pero es seguro en el futuro. Definitivamente, decreto lo que te conviene, porque es el camino para alcanzar lo mejor pensado.”
Este simple argumento en resumidas cuentas es, el argumento de revoluciones, déspotas y autoritarios en todas sus formas de expresión.
Como decía Hobbes: “El ganado se lleva a golpes al pastizal”.
Por lo que la liberación mental del entumecimiento de nuestros sentidos por sumisión a deducciones, no es tarea de un profeta o liberador (Morfeo). Sobre los hombros de cada quien reposa la tarea de rasgar el velo, romper el cascarón y emerger a la vida.
Dejar atrás la cárcel que nos priva del dictamen de nuestros sentidos y asumir una existencia espontánea, palpitante y vitalizante, supone el desmontaje de estructuras pensantes castrantes de la naturaleza humana.
Después de su entrenamiento, Neo se reúne con el grupo de rebeldes alrededor de la mesa para compartir un alimento con un aspecto poco agradable, pero suficientemente enriquecido para preservar el cuerpo para la lucha. El joven y pícaro programador del sofware de entrenamiento. Que resultó ser el creador de una rubia despampanante de vestido rojo, que tiene por propósito distraer la atención de los iniciados, para después hacerles saber que se puede tratar de un centinela, de hallarse dentro de Matrix. Le comenta a Neo: “Negar nuestros impulsos, es negar lo que nos hace humanos.”
Ahora bien, repasemos lo acotado por el delgado y joven programador. El culto delirante por la dialéctica enfatizado por Hegel y su famosísima: tesis, antítesis y síntesis. En su momento fueron concebidas como el remedio que sanaría todas las penas de la humanidad. Gobiernos, universidades y pensadores doblegaron sus torsos en señal de reverencia, a esta salida proverbial.
Sin embargo, no tomaron en consideración que la constitución del ser humano es mucho más que sólo razón, no somos como afirmaba Aristóteles “animales racionales”, exclusivamente.
Tal concepción niega rotundamente la existencia de la intuición, de las pasiones y del instinto que borbotean como un manantial en un sentimiento liberador de la potencia extrema de la capacidad humana, conocido como el amor.
Por ende tal postura cercenadora es criminal, porque mutila una parte de lo que somos, parte de la constitución esencial del ser humano, pretendiendo erradicar de la vida el amor, lo que implica un suicidio vital. Como decía Terencio: “No es posible gobernar con la razón lo que no está dotado de razón.”
Como era de esperarse el proceso de castración racional fracasó, hemos aprendido que somos mucho más que una operación matemática de 2+2=4.
Por nuestro cuerpo circula sangre, que baña los órganos y que transforma nuestra vida y acciones en torrente de emociones y sentimientos que, rebasan el hermetismo clínico que pretendieron adosarnos los razonadores profesionales.
Por último, Morfeo le dice a Neo: “Trata de no pensar en términos de bien o mal, intenta hallar el pathos”.
Debemos recalcar que esta recomendación es importantísima (no pensar en términos de bien o mal) para allanar el camino de desvelamiento de la esencia sentida del ser humano.
Morfeo se refiere al desmontaje de prejuicios y creencias insulsas acerca del bien y del mal. Sin una lucha con espada en mano no romperemos la barrera del juzgamiento severo y despiadado para cada acto, para reconocer los impulsos debemos liberarnos de la balanza y de la medida. Bien sostiene Esther Díaz: “El problema no es saber lo que somos, sino rechazar lo que somos.”
Morfeo concluye: “…intenta hallar el pathos.”
El pathos es el hallazgo de nuestro territorio, el jardín. Ese lugar que cargado de emociones y sentimientos reconocemos como nuestro campo de juego. Advierto que la consustanciación con nuestra circunstancia, no nos liberará del dolor y el sufrimiento. Pero lo enfrentaremos con valentía e hidalguía, como consecuencia de la satisfacción de tener entre las manos el tesoro de encontrarnos en el lugar que nos corresponde, que nos pertenece íntimamente.
Morfeo continua: “hay una diferencia entre conocer el pathos y caminar el pathos.”
Magistral resulta esta afirmación. Conocer el pathos deriva de intentar descifrar nuestras querencias por simple ejercicio del pensamiento abstracto, es decir, razonando.
A través del método del pensamiento, es imposible. Y la explicación es elemental. Porque los sentidos no nos pueden informar, qué sentimos cuando exclusivamente pensamos, vale decir, especulamos. En virtud de ser estos ejercicios mentales etéreos o vacíos de sensaciones, de allí que es una falacia intentar descubrir ese pathos pensando.
Por lo anterior, Morfeo hace la distinción y recomienda “caminar el pathos”.
¿Qué sucede cuando transitamos un territorio? Nuestra vista nos endulza con el color de las imágenes, el olfato nos conecta con el olor de tierra mojada y pasto recién podado, la piel por impulsos nerviosos nos comunica que el viento revuelve nuestra cabellera y el sol calienta el rostro. Al caminar o recorrer el pathos, éste indefectiblemente nos llama o nos niega, así despejamos cualquier duda intelectual sobre nuestra pertenencia a dicho pathos. Porque al estar ahí, el cuerpo tiene la última palabra, la palabra definitiva de nuestros sentidos. Sentidos éstos que se presentan atrofiados en la modernidad por la utilización tiránica de la razón pura.
Aprendámoslo nada ni nadie puede destronar la monarquía absoluta de la sensualidad (en el sentido sensorial y no sexual) en la corroboración de nuestro “yo” con el entorno, para distinguir asertivamente la aprehensión de nuestro pathos.
La decodificación de este mensaje irrefutable de nuestros órganos, es el acicate para despertar a la Voluntad Irresistible.
DE LA FALSEDAD DE LA EXISTENCIA DE DOS MUNDOS
Después de leer este título pensarán que es una broma, establecer tantos puntos de contradicción entre el mundo real y el mundo falso que, llevado a la película es la escisión entre la realidad virtual (dentro de Matrix) y la realidad verdadera (fuera de Matrix), para concluir que, ciertamente no existe tal contradicción entre realidades o mundos.
Liebniz decía que vivimos en el mejor de los mundos posibles. Separarnos de la tara platónica no resulta fácil, en cualquier conversación trivial escuchamos a nuestros interlocutores hablar del amor platónico, del país utópico y del negocio ideal.
En menor o mayor medida tales aspiraciones pueden resumirse en que, la pareja, el gobierno y el trabajo sean idénticos a como pensamos que deberían ser.
Esta aspiración infantil y desproporcionada esta infiltrada en nuestra cultura desde las elucubraciones del filósofo griego Platón, discípulo de Sócrates.
La dirección de mi obra es desmitificar el uso que le hemos dado a la razón a partir de estos ilustres pensadores y desmontar el andamiaje de conceptos abstractos, por los que hemos perdido toda naturalidad y sensualidad, así Condorcet establece: “Los hombres conservan los prejuicios de su infancia, los de su país y los de su siglo mucho tiempo después de haber reconocido todas las verdades necesarias para destruirlos.”
Cuando aceptamos que nuestra existencia es la única posible, establecemos un vínculo de reconciliación con respecto a nuestra imaginación, sensaciones y referencias. Tanto en lo aceptado como en lo no aceptado. Llegamos a la conclusión que lo que nos resta es actuar, porque la única vía de resistir en medio de la realidad es actuando. Más vale un gramo de acción, que una tonelada de intención.
A través de la acción y la experiencia salvamos nuestro entorno y penetramos en la creación del entorno y circunstancias que realmente vivimos como nuestras, de lo contrario, estamos perdidos en la melancolía, la nostalgia, la sensación de vacío que nos devora por dentro desde el estomago, en fin nos consumimos en vida en el nihilismo decapitante de un cuerpo exuberante cargado de vida, pero que no logra fluir en sensaciones.
En The Matrix no se hace más que plasmar de manera interesante y futurista un ideal que ha calado hondo, muy hondo en la conciencia del hombre moderno, y es el mito de la caverna de Platón. Mito representado por el otro mundo, el mundo espléndido o el más allá adoptado por el Cristianismo de la filosofía griega.
Para así condicionar el ahora, la existencia actual hipotecada a un eventual futuro ideal que jamás llega por escaparse como agua entre los dedos.
Para nosotros es tan familiar esperar y creer en esto, que nos molestamos acaloradamente cada vez que participamos en una conversación en la exposición de nuestras ideas de cómo deberían ser las cosas, sin embargo, no logramos justificar el por qué nos hallamos tan insatisfechos como personas.
Sin darnos cuenta, renunciamos a la verdadera posibilidad que tenemos como seres humanos de actuar en nuestro medio, pero sintiendo que esa es nuestra posibilidad y la sentimos tan hondo que no nos apegamos a la búsqueda del ideal, sino al abrazo con nosotros mismos a través de la experiencia sensible que nos acredita como seres humanos y no como calculadoras cibernéticas de última generación.
El ser humano es plural, tiene imaginación, sentimientos, conciencia y anhelos, tratar de contenerlos en un sistema métrico uniforme, gris, aburrido, conocido como razón es una calamidad.
Debemos arrojarnos intrépidamente al rescate de nuestra Voluntad Irresistible, esa reconciliación con nosotros mismos, esa subordinación de la razón al sentimiento que deriva de la observación que hemos hecho a través del tiempo de nosotros mismos, sin prejuicios ni tabúes, como seres capaces de cambiar de rumbo, de llorar, de reír, de correr despavoridos y de levantarse con valentía.
La tarea no es sencilla e intento animar a esos seres amodorrados en obligaciones, deberes, razones y previsiones con este pensamiento de Lacan: “El loco no es sólo el mendigo que cree ser un rey, también es un rey que cree ser un rey.”
Estamos confinados a una caverna, por esto es tan importante la frase de Morfeo: “Bienvenido al desierto de la realidad”. En medio de esa caverna oscura, húmeda, maloliente y perdida. Esa es la realidad y para todos es un desierto, nadie escapa a vivir en una caverna.
¿Qué hacemos?
Ponernos de pie, secarnos el sudor de la frente, respirar hondo y colocarnos una mano en el corazón y con la palma de la otra mano tanteamos a ciegas la pared de la caverna (experiencia), cuando nuestro corazón nos indique cuál es el lugar. Levantamos el pico con ambas manos, apretamos los dientes y arremetemos contra la pared de la caverna, invertimos todas nuestras energías en la dirección que indique la sensualidad de nuestro organismo, de forma infatigable. Hallaremos la satisfacción de nuestro cuerpo en la que consumiremos la vida, cargada de dolores y placeres. Nos toparemos con piedras duras, saltara tierra a hallaremos el metal precioso que está escondido en la pared de la caverna, en espera a que los valientes se decidan a cavar tras sí mismos.
Nuestra conclusión, es simple no hay otro mundo, mejor, ni más allá. Solo tenemos este mundo, nos resignamos y no actuamos o tomamos el pico y cavamos, voto por iniciar la excavación.
Concluyo con Nietzsche: “La caverna puede ser un laberinto, pero también una mina de oro.”
Autor: ENRIQUE GUILLÉN NIÑO
Obras:
1.- Razones Para Abandonar La Razón. Editorial Comala. Caracas. Venezuela.
2.- Portarretrato de Una Voluntad Irresistible. Editorial Biblioteca
Nueva. Madrid. España.
www.enriqueguillen.com
e.mail: enrique@enriqueguillen.com

Texto agregado el 09-08-2006, y leído por 694 visitantes. (0 votos)


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