La calle estaba muy mojada, no dejaba de llover. Un leve rayo de sol asomaba entre las nubes y dibujaba un espectacular arco iris en el cielo. En la radio sonaba un tema tristísimo de desamor, de esos que ponen la carne de gallina y nos devuelven al pasado, al recuerdo de un adiós que dejó huellas.
Era el marco perfecto para mi tristeza que luchaba por salir de dentro, guardada hace días en el cofre de la soledad.
No sé por qué pero te recordé, pero no a ti como persona, si no a la vida que tuvimos juntos. A los sueños que soñamos, a los planes que no concretamos, a las sonrisas que nos iluminaron las noches de verano.A esos brazos que tantas veces me acogieron y me dieron abrigo en el frío del dolor.
La lluvia siempre me causa el mismo efecto, siempre que salgo a la calle y llueve me da por recordar. Creo que es por que a los dos nos gustaban mucho esos días de invierno, grises y muy gélidos, con la nieve, la lluvia, el viento, y el calor de una estufa al llegar a casa. El olor del cafecito. Tu piel recién bañada, el aroma de tu cuerpo a mi lado calentando las sábanas. Tu voz diciendo cosas bonitas y tus pies helados haciendo cosquillas en mis piernas.
Me doy cuenta que todo fue bonito, que a pesar del dolor que me dejó el adiós fue hermoso tenerte en mi vida. Pero bueno, al menos los recuerdos aparecen a veces, como hoy, detrás del arco iris y me calientan un poco esta soledad que duele. Te amé , me amaste y eso fue maravilloso, lo demás... bueno lo demás duele por eso prefiero dejarlo bajo llave de nuevo en el cofre.