Es extraña en la forma en como me sonrien las rosas.
De pétalo en pétalo van cayendo.
Hoy no sale el sol, no habla,
Todo es más obscuro, es un sueño.
Qué melodía la que me despertaba, dónde quedó, quizá en las ventanas.
Inexplicable, dulces aromas que nacen de un árbol seco.
Es la frescura que quedó de un cálido invierno,
Y ahora el otoño los recuerda como un cuento claro
Que desvanece con la lluvia, que muere de espanto.
Que cae despacio el llanto lejano.
Se acerca la ira, las mariposas vuelven
Negras, sucias sin alas.
El cielo gris, como esta angustiosa fantasía que invade el alma, que mata mi niña.
Se derrama otra rosa, se rompe el pétalo
La marea sube, me hundo en ella.
Quisiera desaparecer, no seguir creciendo
No quiero ser otra rosa que pierda el color nuevamente, ni el aroma a ternura quede en el aire para que nadie lo sienta.
Sólo deja hundirme y dejar atrás esta pesadilla.
Y que nadie escriba de mí, ni de mi rosa marchita.
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