Dedicado a tus lecciones improntas de cocina y tus detalles de tormenta por venir a tus manos demasiado requeridas por las mías y tu telefónica costumbre de inquirir dedicado a tu atención siempre atenta a tu fidelidad inconmovible como el acero a tu millonaria sonrisa nunca en venta y las lágrimas y los besos de enero dedicado a nuestra relación que siempre nace y tu compañía imprescindible y esos dones mágicos que hacen nuestros pensamientos predecibles dedicado a tu compañía sin comillas y a estar aunque desde aquí no te vea a nuestros pellizcos de rodillas y al guionista de esta novela dedicado a la eternidad de tu consuelos a la fragilidad de nuestras despedidas y tu boca y su destino de anzuelo y esta manía de complicarnos la vida dedicado a tu tristeza tercermundista y tu docencia de mujer casera al miedo a perderte de vista y que nunca nos habituemos a la espera dedicado a tu fácil manera de contener a tu estilo de asesinar mi soledad al año siempre a mi lado aunque no sepamos en que lugar.
Texto agregado el 01-07-2002, y leído por 388 visitantes. (4 votos)