Siempre lo supo, la soledad no era para ella, desde muy pequeña sintió la soledad como un abandono, sin comprender muy bien lo que pasaba a su alrededor, estar sola era el momento para que todas sus dudas e inseguridades afloraran, era una tortura que nadie comprendía.
En su soledad tenía miedo, miedo del silencio por lo que encendía todo lo que pudiera hacer ruido, sentía miedo del ruido por lo que bajaba los volúmenes de los equipos de vez en cuando para no permitir que la observaran o la interrumpieran.
Rogaba y gritaba por que no la dejaran sola, sobretodo de noche, la noche era un suplicio mayor, en la noche había más misterio y mucho pero mucho más miedo, hasta el tipo del lado le parecía sospechoso, es ridículo le repetían siempre, nada te puede pasar solo porque estés sola, no debes temer. Sin embargo, ella lo entendía pero lo que sentía era totalmente diferente.
En esos momentos el teléfono parecía ser su mejor amigo, el teléfono y la música era lo único que la podía salvar del miedo. Pero sin tener a quien llamar por vergüenza o por temor a parecer estúpida o ridícula no podía llamar a cualquiera para contarle lo que le pasaba, lo peor era cuando no contestaban el teléfono. Eso era incontenible, los temblores de su cuerpo no se hacían esperar, lo que parecía un baile por la música no era más que la expresión de su nerviosismo y temor.
El miedo es una sensación difícil de explicar uno no puede decir que son solo nervios, es como un cosquilleo que se siente desde el estómago hacia arriba, luego del miedo viene la angustia, comienzas a pensar si estas actuando bien, si tu vida vale la pena, si eres digno de lo que tienes, si tuviste la suficiente suerte de estar donde estas o si eres un fracaso por no poder estar mejor. Si te estas tomando el tiempo suficiente o si eres un flojo por no ir más rápido.
Nada es claro cuando tienes miedo, miedo de qué, miedo del futuro, miedo del presente y miedo del pasado. Del futuro por que no sabes qué puede pasar, si estarás bien o mal, si las cosas irán mejor o peor. Del presente por que estas sola. Y del pasado porque te puede haber marcado para siempre y no te permitirá avanzar después.
No se puede vivir así. Piensa en su soledad, esto no está bien, esto tiene que terminar y busca refugio en personas que le brindan compañía rápida y fugaz y que no sirven para sacarla de su sentimiento de soledad que se hace mayor cuando se van.
¿Qué hacer? Se pregunta cada día, sabe que nadie le puede responder, solo en su interior debiera encontrar la compañía suficiente, sólo dentro de ella podría estar la solución a su problema, pero ¿cómo?
Ha tratado miles de veces de parecer más fuerte, de sentirse más fuerte tanto es así que las personas parecen alejarse de ella porque creen que tiene un carácter demasiado fuerte, es muy terca, muy autoritaria dicen. Lo que no sospechan es que es tan sensible que una pequeña palabra la puede marcar para siempre. Que con solo un gesto pueden hacer que pase horas llorando y sufriendo. ¿No hay solución a este conflicto? ¿Quién puede decir que nunca se ha sentido caer en un profundo abismo del que no puede huir?
De repente, baja la música pero escucha golpes, baja las escaleras para ver quién es. Se detiene en la puerta y mira por el ojo de vidrio… pero no ve a nadie, vuelven a golpear decide abrir la puerta no sin antes poner la cadena de seguridad… Levanta los ojos para mirar pero no alcanza a hacerlo, de una patada han derribado la puerta haciendo que caiga de golpe al suelo. Y comienzan a entrar revolviéndolo todo, se levanta gritando un tipo con un cuchillo en la mano la toma por el cuello y le grita palabras que no entiende… Su miedo es más intenso, grita, intenta morder, y luego siente algo tibio que corre por su cuello, no le da importancia, pasa un rato, el tipo ha salido corriendo… cae al suelo, una alfombra roja va creciendo a medida que pasa el tiempo siente miedo pero esta vez sabe lo que sucederá, muy pronto el miedo y la soledad acabarán.
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