FuCKA MATATIEMPO

por Venn & “los hijos de Belcebú & la puta”

anotado ignominiosamente en mi space de MSN.



Lo odié desde que vi su expresión de hombre sufrido. Se que esa táctica antiquísima, y su rimbombante forma de expresar lo más común, así como su rostro inalterable con ojos preocupados al momento de hablar de algo mas abstracto, son más que arcaicas formas de enamorar a una dama sola, que ha caído en la desesperación de la soledad. Las monografías de artistas anacrónicos, las risas forzadas ante un chiste pésimo, sus comidas simples, sus pueriles actos frente a ella, no son mas que la forma de sacar lo que siempre en él estuvo reprimido-date cuenta que no tienes quince años-Se llama Porfirio, hasta el nombre es de odiarse, su risa me enferma cada vez más. Cuida de su madre, una vieja calva que tose a causa del tabaco que nunca fumó; su marido se encargó de heredarle algo más que la renta y deudas patéticas- y esperó que muera pronto, porque quiero verlo sufri. MaLdita sea, estoy escuchando el relato de su mediocre vida de trabajo,lo cuenta todo tan lento que me enferma.¡¡¡vete yaaaaaaaaaaaaa¡¡¡.

Espero que algún día se fije en la hora, y deje de quejarse de su pueril vida; las personas tenemos siempre el mismo tiempo, el tiempo dura más de lo que uno piensa en realidad; ¿acaso no puede dejar de venir por aquí y, ponerse a leer, si es que realmente quiere ser una persona como de las que se considera? Estupido mediocre, tiene cuarenta idos años. Su “bohemia” es arcaica; vociferar poesía que no conduce a ningún lugar es no tener alma. Y es que lo dijo Paúl Valery: “escribimos por debilidad”. La poesía es la voz de nuestra vida, pero el quiere llegar lejos con Og Mandino y Carlos Cuahutemoc Sánchez. Jamás yo pedí su libro con olor a humedad que lastima, ese de José Agustín, el yonqui contemporáneo, que crítica rock, apesta como su forma de decirnos lo común. Poesía, debería darle la poesía con cianuro, espero que la entienda antes de morir. Cómo puede confiar en el yonqui de arriba, y no creerle a Octavio Paz, se nota que siempre ruleteaba por allí aburriendo a sus pasajeros.

A esta distancia de las letras que escribo estoy ya furioso; tengo que soportar su presencia repetitiva, y su “educación” popular para decirme “salud” cuando la gripe me dice que no la tengo.



Sueño que muere de la forma más divertida: enredado en cuero húmedo, perforado con círculos de distintos diámetros, expuesto al sol, el calor hace que el cuero se contraiga más y más, y su costillas se rompen, así como el resto de sus huesos, imitando el delicioso sabor de una manzana al ser mordida; su piel se muta con el cuero, y las moscas son ya las únicas victimas de su soliloquio descontinuado. Porfirio, el infeliz rechazado de su tiempo, los años no le sientan bien, se ve más viejo cada vez, lo ha acabado la desilusión de darse cuenta natural cosificación de la que es victima por parte de las que intenta vivir de ellas; las damas.

. ¡solamente vive para el!.

El harakiri le sienta bien, combina con su apariencia de carnicero, así ahorrara un ayudante para su asesinato, en caso de que el cuero no llegue a funcionar. Pero como quiere comprender la adoración oriental, si el vive con la imagen de un cristo crucificado, si reza frente a una estatua, pide por su felicidad. Vergüenza le debería dar no ver su cuerpo: “ y yo soy tu hombre, y tu mi mujer para toda la vida” que no mame, ya esta grandecido, que se deje de chingaderas.