En el centro de la ciudad vivía con mi familia, yo tenía 7 años y para ese entonces era hijo único, el consentido, mimado y engreído; mis padres Benny e Ivonne eran comerciantes y trabajaban cerca de nuestra casa. Corría el mes de julio y todos estábamos de vacaciones, así que mi padre decidió que viajáramos a Junín a pasar las Fiestas Patrias, pues en un pueblo pequeño llamado Paca, donde había nacido mi abuelo muchos años atrás, se organizaban fiestas por motivo del aniversario de la independencia del Perú.

Llegamos al pueblo de noche, noté que no era como yo esperaba, yo pensaba encontrar algo parecido a Lima y no fue así, desde ese momento noté la diferencia de vivir en la ciudad y en el campo. Ni bien llegamos a la casa de mi abuelo (que había fallecido el año anterior) encontramos a toda la familia reunida, los hermanos de mi padre con sus respectivas esposas e hijos. Luego de reencontrarme con mis primos y dejar a los mayores conversando, me fui a dormir.

Cuando desperté, todos aún dormían, salí a explora la zona, no era muy grande y la Plaza de Armas era lo más rescatable y quedaba a una cuadra de la casa de mi abuelo; al llegar a la casa todos ya estaban despiertos y mi padre me llevó a la Laguna de Paca que quedaba a cinco minutos de ahí, fuimos con toda la familia. Apenas llegamos a la laguna, vimos varios restaurantes turísticos y entramos a uno de ellos, inmediatamente le supliqué a mi padre un viaje en bote por la laguna y mi padre aceptó. Al comenzar el viaje en bote, la guía contó leyenda sobre la Laguna de Paca, a la que también llamaban la Laguna del Indio Dormido, porque los cerros que rodean la laguna forman la cara y silueta de un indio de forma inexplicable; dijo que cuando Dios vino en forma de anciano moribundo pidiendo comida, sólo se la dieron dos personas a las que mando al más alto de los cerros circundantes a la Laguna y les dijo que pasé lo que pase no volteen, entonces Dios inundó el pueblo de Paca y los dos únicos sobrevivientes se convirtieron en piedra, ya que voltearon a ver lo que sucedía, y según la leyenda, el antiguo pueblo de Paca yace bajo la laguna y las dos estatuas están en el cerro más alto del lugar (esto último si se puede verificar). Luego de eso me quedé anonadado por la belleza del lugar y recorrí el litoral de la laguna para leer las leyendas que decían cada cierto tramo; una de ella decía que todos los 28 de julio a las medianoche una sirena desnuda salía cantando una melodía hermosa y se llevaba a todas las personas que estuvieran presentes en ese momento.

Luego de salir del restaurante, todos nos fuimos a la casa; luego, a la Plaza de Armas a ver lo que habían preparado los pobladores de la zona para celebrar las Fiestas Patrias, luego hablé con mi padre sobre las leyendas, tenía curiosidad por saber si eran reales, el me dijo que sí y me contó muchas más, que aumentaron mi curiosidad y le dije que en la medianoche de ese día quería ir a la laguna a confirmar cierta leyenda, el accedió.

Cuando todos estaban dormidos, mi padre condujo hasta la parte de la laguna, más próxima al pueblo, pude notar su angustia y él la mía, yo esperaba ansioso el momento en que la sirena aparecería y nos deleitara con su hermosa voz, mientras esperaba impaciente, mi padre me contaba relatos oídos de la boca de sus padres y abuelos y sin darme cuenta ya eran las 2 de la mañana; cuando mi padre me lo dijo no lo podía creer, estaba decepcionado, y fue en ese momento en que mi padre me dijo que a veces la gente inventa historias para atraer turistas; pero también, habían algunas que no eran del todo inventadas; luego de esa conversación fuimos a casa.

Los días siguientes fueron normales y sin ningún hecho memorable, antes de salir del pueblo fuimos a la Iglesia y prendimos velas pidiendo por nuestros seres queridos. En el camino de regreso, tomé fotos a la laguna, a los pueblos por los que pasábamos y a los animales.

De regreso a clases, les conté las leyendas a todos mis amigos y estos quedaron fascinados al escucharlas y hasta ahora que se las cuento a mis hermanos y amigos, las leyendas y cuentos contagian a la gente, son como una cadena que cuando la cuentas a una persona, esta la cuenta a otra, y esta otra a muchas más.