Cuando anoche por la ventana Del balcón me asomé Una bella doncella se sonrojó. Su mirada exaltada al pasar Claveles y rosas lanzaba. Yo, sin nombre ni destino, Los abracé, y una espina me clavé. Así, de repente, me desperté, Abrazado a tí, y en tus ojos Descubrí a la bella doncella De la que anoche me enamoré.
Texto agregado el 12-01-2004, y leído por 206 visitantes. (4 votos)