No se como empezar a contar todo lo que quiero que recuerde de ella. Se dice que de los errores se aprende y hay veces que nunca nos damos cuenta de lo que hacemos mal o lo que dejamos de hacer y deberíamos haber hecho.
Mary era una chica normal, a la que unos cuantos envidiaban, algunos odiaban y otros tantos apreciaban. Durante algún tiempo indefinido de su infancia se sintió afortunada de su vida, de su entorno y de cada una de sus desgracias.
Hasta que abrió los ojos. Rodeada de una infinidad de amigos vió que no era relevante para ninguno y que si desaparecia de la faz de la tierra su muerte no pasaría de algunos comentarios como ¡yo la conocía! que fuerte ¿no? se ha muerto tu amigo, ¡vaya!
¿acaso te sientes importante cuando muere alguien de tu alrederor?
Por primera vez, se sintió sola, desesperadamente sola, aterrorizada, desgraciada e incomprensiblemente sola.Ahora recordaba con nostalgia las noches en que se reía de sus infortunios, del divorcio de sus padres, de las burlas del colegio, de su incapacidad y su dificultad con alguna tareas...
Y lloró hasta no poder más, de cuclillas en la habitación y frente al espejo del armario. Veía caer las lágrimas, como se deslizaban de sus ojos a sus mejillas y luego se precipitaban al vació hasta llegar al suelo y perderse en su inmensidad.
- Soy como una lágrima perdida en el vacio del mundo, una insignificante lágrima- murmuró para si
Entonces una misteriosa voz resonó en la pequeña habitación.
- Una vez tuve un sueño
Mary se giró, era como si le hubiesen susurrado al oido, pero allí no había nadie.
La frase se grabó en su cabeza a fuego lento, y al final del día era en lo único en lo que podía pensar.
- Una vez tube un sueño- repitió ella frente al espejo
Y la voz volvió de nuevo, en su reflejo, es sus ojos llenos de lágrimas creció una nueva esperanza.
- Ven, sigueme- le dijo ella |