-Haber Adiela, no te me vas cansar por favor, queda muy poco para llegar y recuerda que prometimos que lo harimos juntos, no te preocupes por mi, piensa en ti, tu puedes lograrlo.
Su mano se fue resbalando lentamente, hasta soltar la él, no era que no quisera continuar y mas de su mano, simplemente en alguna parte del camino, habia perdido el entusiasmo y aunque en ocasiones retornaba, no era facil mantenerlo por mucho tiempo en su cuerpo y menos en su mente; al ver hacia atras y luego hacia adelante, noto que no habia diferencia, era un camino largo con muchos arboles frondosos a cada lado, con adundantes hojas siempre en otoño que caian y tapizaban el camino, algunas veces volando por un suave viento de tarde, iluminadas por un tibio sol y finalmente podia ver la claramente la cara de su acompañante.
El detestable sonido del despertador una vez más, interumpiendo ese bello momento y haciendole olvidar las facciones de ese agradable hombre, que en otras tantas noches en sus sueños la acompañaba a recorrer ese camino tomandole de la mano, para desperta sin ver su rostro, pero como raro intentando encontrarlo nuevamente se dormia, solo que ahora estaba en medio de varios caminos, muchas personas caminando, unas muy juntas, otras muy solas, algunas arrastrando cargas, otras arrastrando personas, exisita un camino transitado por pesonas muy tristes, cansadas, era un camino gris, tapizado con arena, con arboles a cada lado, sin hojas, un viento helado soplaba y hacia sentir frio con solo ver como temblaban los cuerpos casi desnudos y languidos que transitaban por él, porque elegirian ese camino, donde siempre habia oscuridad, eso siempre se lo preguntaba una y otra vez, hasta que sentia esa familiar voz llamandola y guiandola por el camino de siempre.
-Hito, dime porque van por ese camino?
-Porque fue su elección.
-No entiendo como todos ellos eligen ese.
El timbre alto del despertador, avisa que es hora de empezar la rutina de siempre, una ducha rapida, un café fuerte y sin azúcar tomado a sorbos, una tostada con mermelada de mora a medio morder, en el bus ve a otros personas que como automatas empiezan el lunes esa danza interminable de trabajo, que es igual a la semana anterior y sera probablemente igual a la siguiente semana, pero la impulsa a continuar esa esperanza de encontrar al hombre de sus sueños para que hagan realidad esos planes que en los sueños elabora; en la noche al regresar en un bus muy parecido al de la mañana con gente tan o mas cansada que ella, se desnuda y toma una ducha de agua muy fria
Al observar en el espejo esas lagrimas surcando un rostro que ha perdido toda ilusión, lo golpea hasta romperlo y detiene su mirada en uno de esos pedazos de vidrio, de repente estaba en medio de los caminos pero dirigindose al camino de arena, podia sentir el frio en sus pies y admirar la lugubre belleza de aquellos arboles sin hojas.
El forence recibe le reporte del último cuerpo, es una bella mujer de escasos 23 años, que se ha suicidado, al descubrir el rostro, contiene la respiración, su busqueda habia terminado.
- Adiela, lo prometimos hacerlo juntos... |