Actualmente se vive en la Era Desechable, “se usa, se termina, se tira”; es fácil, no complica la existencia de los humanos y ahorra un trabajo posterior, solo se busca un uso y disfrute momentáneo de esas cosas desechables. Hay platos y vasos que se usan y no se lavan (se evita un trabajo posterior), los pañales no se lavan , los rastrillos no se lavan, las botellas no se regresan a la tienda no tienen que cargarse hasta allá cambiarlas por otras llenas, simplemente se usan, se termina y se tira.

Sin embargo este estilo de vida se está permeando no solo en los productos que usan las personas sino también en las relaciones humanas, las cuales también se han vuelto desechables.

Existe una idea que al inicio de una relación -la que sea, de amigos, novios, casados, laboral, etcétera- si no sirve se tira y ya!, o lo que también se puede explicar con una frase usada por los humanos como “si pega que bueno y si no, despegado estaba”

Esta es la visión que generalmente se tiene al llevar una relación se nota claramente la falta de visión y compromiso futuro y presente que no hace ver a la amistad, el noviazgo, la relación patrón –empleado algo con permanencia e importancia tal, que deba cuidarse y mantenerse, por el contrario estas relaciones se viven de presente y van deteriorándose y en lugar de hacer algo por repararlas, cuidarlas o atenderlas se van quedando así como si se supiera que al dejar de serviles se tiran y ya.

Parece ser que esta es la idea que muchas parejas han llevado hasta el altar, “si no me separo y ya”.

No hay nada malo en separase, si existen problemas; el problema no es separarse, el problema es juntarse con una visión de lo desechable.