Tío lucho dice que la silla es cuadrúpeda porque tiene cuatro patas, pero no hay que hacer mucho caso a tío lucho, porque ya se sabe que una cosa, para ser completamente cuadrúpeda, necesita también ser mamífera y nadie ha visto, que yo sepa una silla con ubres.

Según un carpintero amigo de la casa, la silla es un aparato más o menos incómodo que sirve para sentarse, aunque tía Cuca –una mujer que nunca se está quieta- asegura que no, que la silla sólo es necesaria para subirse a coger las cosas de encima del armario. Por lo poco que yo he alcanzado a ver, a mi me parece que sólo se inventó para que el villano de las películas del oeste la lance contra la cabeza del héroe, pero el héroe, que siempre se las sabe todas, se agacha y la silla le pasa por encima para ir a tropezar con el cráneo del pianista de la taberna, el cual, en lugar de irse, no, señor, se queda tocando el piano como un idiota y por eso le ocurren esas cosas, que provocan risa, pero que resultan dolorosas.

Como se sabe, la silla consta de tres partes primordiales: espaldar, asiento y extremidades. Las extremidades le sirven para estar siempre de pie, porque las sillas, por esas paradojas de la vida, nunca pueden sentarse. El espaldar, naturalmente, se usa para apoyar las espaldas. Y el asiento, como es lógico, sirve para poner cojines , de evitar contagios, epidemias y similares.
Para terminar, yo propongo que desde ahora en adelante, y para evitarle trabajo al señor culto y de espejuelos, se venda cada vaso con un adicional tratado de ortografía. ¿De acuerdo?