(Un hombre en su oficina, angustiado... espera)
En las noches te espero, con un cigarro en la mano derecha y en la otra… tu foto. Son muchas las noches que te he esperado, a veces despierto y en otras… dormido con la ultima colilla ya muerta en mi mano inerte que cae apuntando la nada. La foto, arrugada y gastada de tanto ir y venir, se mantiene firme en la mano que no te dejará ir por segunda vez.
He soñado que entras dando un portazo y me despiertas, me levantas y me acorralas contra la pared sin pintar… me miras… yo no lo puedo creer… y me golpeas con un beso que pareciera me fueras a arrancar la boca… es ahí cuando despierto… sintiendo aún tu beso como si fuera real, esa intensidad, el fuego, la humedad, tu aliento, tus labios… tus labios… ¡puta que son ricos tus labios! Y tus besos… únicos, eternos, inigualables, perfectos cual diosa… ahhh, ¡puta que son ricos tus besos, my baby!... My baby… ahh, My baby… te gustaba que te dijera “My baby”… eres mi nena, My baby… pero decidiste marcharte y ni el viento pudo alcanzarte mientras yo… yo… ¡fui un estúpido! Y ahora lo vengo a entender… no se puede dejar sola a una mujer como tu… oh, nena, eres una indomable fiera que no puede estar en cautiverio… necesitas libertad my baby, ¡libertaaaaad, my baby! Y ahora, aunque lo entiendo, no me resigno a perderte y te espero si, te espero My baby… con tu foto desgastada y arrugada pero sigues siendo bella, My baby… te extraño y te amo mi fiera indomable, belleza exótica de selvas inexpugnables y vírgenes… mi nena, My baby… ¡puta que eris rica, my baby!... y aquí te espero… sentado donde siempre… esperándote nena, recordándote nena, llorándote nena… a ti, (lento) M-y b-a-b-y.
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