PECADO ORIGINAL
Ruinas ...devastador ejemplo de lo que puede el hombre.
Tierra árida, reseca, quebrajada después de la hecatombe.
Pantanos radiactivos, carentes de fauna y flora. Sólo monstruosos microorganismos. No quedan huellas de un posible hombre, salvo restos de edificios petrificados, fosilizados, como prueba que una vez paso el animal llamado hombre.
Tragedia planetaria del egoísmo humano que comenzó con guerras, siempre estériles y sin sentido. Hambre, represión, mentiras faraónicas construyendo autopistas, mientras contaminaban océanos mares y ríos.
No hay excusa posible. Después de todo ¿a quien darle, si no hay quién escuche ni quien las diga.?
Ya no hay esperanzas de vida en aquel azul planeta. Hoy, solo lluvia ácida negra, efecto invernadero.
Soy la voz del universo y como tantos orgullosos y tiránicos hombres decretaron el odio, la corrupción, la destrucción del diferente, decreto destruir esa pétrea bola terráquea de polos aplastados. Para nada sirve sostenerla. ¡Que se volatilice, mimeti zándose en el cosmos!
Entre raros escombros una desconocida flor iridiscente de pétalos dorados se yergue, busca la débil luz solar.
Hombre del futuro, detengo mí mano. Esa flor me indica que aun hay una posibilidad. Deberás investigar el pasado y tener memoria.
Ameba que en recóndito lugar existe y mi mirada no te detecta. Cuando llegues a ser hombre, no olvides, puede ser tu ultima oportunidad.
Ameba Evadán, giraran los ciclos, que no gire, cuando lo tengas, tu cerebro.
Recuerda, ya has tenido tu pecado original.
FIDELIDAD
Mi grotesca forma humanoide, de cuerpo agrietado y purulento, resaca nuclear de la barbarie humana, lo observa. +
Es lo que en épocas pasadas y mejores podría haberse llamado perro.
De hirsuta pelambre, ojos saltones de córneas rojo-sangre. Dientes deformes, no usual en tamaño, de rabo en carne viva pero reseca, sin un solo pelo.
Te acercas cauteloso, me observas...
Te observo...
Cautela y mucha soledad en ambos.
Mueves tu rabo en ofrenda de paz y cariño, te echas a mis pies, tu áspera lengua raspa una de mis pantorrillas y ...
Mi mano cubierta de llagas te palmea, reconozco, somos restos de una tragedia.
Hemos roto la soledad y digo: Hay una oportunidad.
Pero...una duda feroz estruja mi ser: En el devenir de los ciclos ¿quién será el primero?
¿Yo en arrojar la piedra o tú en morder mi mano?
Incógnita que debemos afrontar...Quizás, nunca suceda.
ENCUENTRO DE GUERREROS
Soy un guerrero solitario de rapada cabeza con pocas ropas. A decir verdad, solo un taparrabos. Toda la piel de mi cuerpo aceitada como mi rapada cabeza, para impedirle el apresarme al enemigo
Mi piel cobriza por el sol de enorme tamaño hace destilar gotas de transpiración por mi aceitosa figura. Comparándome a otros Parias, los guerreros solitarios, tengo atlético aspecto.
...Solitarios guerreros Los Parias, bien digo. Somos lo ultimo que queda después de la explosión nuclear y su dantesca reacción en cadena.
Muriendo, peleando unos pocos, por las pocas pertenencias de la subsistencia.
Los muchos muriendo por enfermedades a causa de la radiación.
En tan desolada comarca, planeta mejor dicho, es muy rarísimo que dos Parias se encuentren.
Pero, a veces sucede....Y un guerrero se acerca. Veo de lejos descender su figura-sombra, el sol le da de espaldas. No puedo distinguir sus ojos.
Con la palma de mi mano hago sombra sobre los míos. Distingo el sendero pedregoso por el que desciende. Miro rápidamente donde deje mis armas. Bien, siempre cerca.
Veo sus formas sinuosas, delgadas, frescas a pesar del calor. Formas frescas y a la vez calurosas para mi.
Es el peor ¿o mejor guerreo? No lo se. Guerrero que creíamos, Los Parias, extinguidos.
Es una mujer; desciende hacia mi, segura de si misma... Y aunque ponga mis mejores armas y toda mi astucia, seguro estoy que puede y será una larga batalla, que durara eones interminables.
Otra vez el ciclo se repite.
Ciclo de vida, paz, guerra y muerte, que comienzan a dar sus nuevos primeros pasos.
El hombre que hay en mi la observa.
La mujer que mora en ella me observa.
¿Quién podrá ser el vencedor de esta batalla que se repite?
Por otro lado, hermosa y trágica batalla que siempre deberá enfrentar el que es humano, más allá de sus formas.
A futuro, un llanto o risitas de un bebe inundara nuestras manos que acunaran al
retoño.
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