Un caudal de sentimientos se arremolinaban dentro de su ser, se sentía tan pequeño, tan apretujado...
Hazme tantito espacio, dijo volteando hacia abajo... estás loco, si te hago espacio en donde quieres que logre acumular la majestuosa cantidad de ricas viandas que a diario vienen hasta aquí, para qué crees que sirve tanto dinero, mi obligación es proveer el espacio suficiente.
Entonces volteo hacia ambos lados diciendo, por favor háganme un poco de espacio... como quieres que te demos espacio, debido a la cantidad bestial de humo proveniente de tan exclusivos habanos, debemos multiplicar el sistema purificador para que no falte oxígeno.
Desesperado, ya con la vista baja, volteo hacia la derecha diciendo, tú eres mi única esperanza, déjame un espacio aunque sea pequeñito... de ninguna manera, que no ves que el procesar todos los vinos y licores de la mejor calidad cuesta tanto trabajo, que hace falta mucho espacio para efectuar correctamente mi labor.
Finalmente levantó la vista y soltando un suspiro dijo... siento mucho decir que creo que no voy a poder servirte por mucho tiempo más, nunca fui importante para ti, me siento tan pequeño, tan falto de amor, de agradecimiento, de perdón, que... y en ese instante dejó de latir. |