Si, ahora que he vuelto he traído la lluvia conmigo, hasta el punto de que en mi ausencia se ha instalado otro calor, otro aire circunda este pueblo húmedo y rezagado del olvido, llueve porque conmigo he traido las aguas a este sitio.
Mientras escribo, te pienso alejada, distante cada día un poco más cerca, pero con todo y eso inalcanzable por ahora, qué importa el no poder mirarte si te veo si te pienso, si te respiro, ha de ser que me acompañas como cada noche que no duermo contigo, pero eso que me permite alejarme, me hace estar más pronto de vuelta, más cerca, contigo aún sin alcanzarte.
Llueve y huele a tierra mojada, y las gotas me salpican un poco la cara matando este calor del demonio que no me acaba de gustar, aquí no encuentro cómo encontrarme, no sé cómo he de olvidar, porque llueve mientras escribo, y las cosas que me ponen triste salen a flotar por las aceras, entre toda esta humedad.
Quisiera que vieras todo esto, que estuvieras en mi lugar, lejos de todo sin saber si dar la vuelta y no volver la vista atrás, supongo que después de todo debo empezar a acostumbrarme a no tenerte tan cerca ni tan a menudo, para que cuando tenga que marchar por definitiva, no se me ocurra extrañarte tanto. |